Contribución presentada por el camarada Pável Blanco Cabrera, en el Encuentro de partidos comunistas y obreros con el tema “Tendencias actuales del capitalismo y su impacto económico, social y político. La alternativa de los comunistas”.-
Camaradas:
El Comité Central del Partido de los Comunistas de México expresa su reconocimiento al Grupo de Trabajo que ha presentado el tema de este Encuentro y sobre todo al Partido Comunista de Grecia por sus esfuerzos internacionalistas.
El tema es necesario puesto que la caracterización del capitalismo tiene consecuencias en la acción de nuestro movimiento. ¿De que carácter es la crisis del capitalismo? ¿ha variado la fase de concentración del capitalismo monopolista? ¿Hemos entrado en la fase del ultraimperialismo o imperio como sostienen multipublicitados propagandistas antileninistas? ¿Acaso se agotaron las contradicciones interimperialistas?
Por todas partes es muy evidente la crisis del capitalismo, en las mismas metrópolis estalla la rebelión. Los autos de Paris ardiendo son síntomas del crecimiento de la insumisión, del cuestionamiento a la injusticia y la explotación, al racismo, al desempleo, a la represión. ¿Después del No francés y las noches de piquetes quien puede defender ahora la Europa de Mastricht, la Constitución, el proyecto de la UE?
¿Quién después de Mar del Plata puede continuar despreciando el papel protagonista de los pueblos como sujeto de la historia? ¿Quién puede continuar negando la contradicción capital/trabajo, la lucha de clases?
Los rasgos del capitalismo contemporáneo son la confirmación de la contribución leninista que señalo el predominio del capital monopolista, su característica parasitaria y en descomposición, con base material en el nivel alcanzado por la concentración de la producción y el capital. Esta concentración es acelerada por la llamada globalización o aumento de velocidad de la internacionalización del capital, sobre todo el financiero, que va de la mano de la destrucción del Estado del bienestar, iniciado por el proceso de reestructuración capitalista que comenzó en los años 70 y acelerado después del retroceso sufrido por los pueblos al imponerse la contrarrevolución capitalista en los países socialistas de Europa y ser desmantelada la URSS.
Este proceso desnacionaliza y al mismo tiempo trasnacionaliza las economías de los países, privatiza todo lo público y lo pone en manos de los monopolios. Son 500 monopolios los que se reparten el mercado mundial en la banca y la industria, y por ejemplo en el año 2000 tuvieron un volumen de ventas equivalente al 45% de producto interno bruto mundial. La especulación financiera expresa la descomposición del capitalismo con sus crisis financieras constantes desestabilizando países enteros, sumiéndolos en el caos y la miseria.
En la industria petrolera, por ejemplo, de 1990 al 2000 por fusiones, quiebras o adquisiciones resultado de la privatización de empresas estatales el número de supermonopolios pasó de 54 a 33.
Estamos viviendo, después de la cancelación de la transición socialista en la URSS y otros países europeos, una lucha de los centros imperialistas para adueñarse de los mercados emergentes, que esta produciendo también un nuevo reparto del mundo
Roto el equilibrio -que imponía el campo socialista al sistema capitalista-, que acelero la descolonización e irrupción de nuevas naciones alterando el mapa del colonialismo y permitiendo la vía de desarrollo no capitalista, lo que se ha impuesto es la recolonización. Este nuevo reparto del mundo no ocurre sin contratiempos, como aconteció en otras disputas interimperialistas, se da por jaloneos violentos, con el ejercicio de la fuerza militar.
El imperialismo norteamericano desde 1991, con base en su potencial militar realiza acciones para ampliar sus mercados y conquistar naciones que le permitan el control total de los recursos naturales, sobre todo los energéticos, para asegurar su carácter hegemonista. Ha instalado más bases militares; aumenta su presupuesto militar, el que es soportado por el saqueo a los países en desarrollo.
El imperialismo soporta su actividad en el discurso del libre comercio, en el combate al terrorismo y en la amenaza permanente de la guerra.
Con el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) primero, con el CAFTA, con el ALCA, el Plan Puebla-Panamá y el Plan Colombia, busca asegurar un mercado exclusivo, una rica veta de recursos naturales, petróleo, gas, uranio, agua y un importante porcentaje de la flora y fauna mundial. Lo mismo hace la Unión Europea en su área de influencia.
Por sus características monopolistas el imperialismo avanza hacia la solución militar de sus conflictos. Si el orden mundial que surgió en la segunda posguerra sufrió alteraciones, el surgimiento de uno nuevo se prefigura entre los centros imperialistas, hoy en espacios diplomáticos, mañana continuando la política por otros medios. Hoy en disputas comerciales, arancelarias, luego en guerras regionales.
Un rasgo también previsto es la crisis sistémica estructural, la que hoy tiene manifestaciones abiertas.
El sistema capitalista general esta en agonía pero su desenlace puede tener connotaciones nefastas para el genero humano sobre la el que pende la amenaza de la extinción, si no avanza la alternativa revolucionaria del socialismo, el proyecto comunista. La destrucción ambiental, el desprecio racial, la discriminación a la mujer, la falta de respeto a la vida como lo comprueba la estadística de la Organización Internacional del Trabajo que 5000 trabajadores mueren diariamente, 270 millones son anualmente victimas de accidentes de trabajo y 160 millones contraen enfermedades profesionales; la capacidad destructiva de los arsenales militares es la amenaza más grave en toda la historia del hombre.
La contradicción entre capital y trabajo es la principal en este proceso histórico.
También lo es la contradicción entre independencia y soberanía y saqueo y recolonización imperialista puesto que los estados-nacionales son obligados a abrir sus fronteras y abandonar todo afán proteccionista de su industria o agricultura, la tendencia del capital monopolista es disolver la forma estado-nación como organización de las relaciones de producción e intercambio. Ello es resultado de la fusión de los consorcios internacionales que se convierten en supermonopolios para controlar los mercados.
La resistencia de los pueblos y la ofensiva de las fuerzas revolucionarias
Es para los centros imperialistas una necesidad su expansión y mayor dominio para asegurar la supremacía de los mercados, es para ellos una necesidad vital que permita soportar la crisis de las metrópolis con la sobreexplotación de los países periféricos vía la expropiación de recursos naturales, sobreexplotación del trabajo y el impuesto colonial conocido como deuda externa.
En el contexto de la desideologización el proyecto capitalista avanzo gran trecho en sus objetivos pues la resistencia era débil y desorganizada.
En los últimos años las resistencias han crecido, se han generalizado, realizan acciones coordinadas. Hay un ascenso de estas y un pase a la ofensiva. Una verdadera rebelión al neoliberalismo es protagonizada por los pueblos de América Latina que contestan combativamente al capitalismo y al imperialismo. En muchos casos es la clase obrera la que toma el liderazgo en la lucha de clases internacional contra los monopolios y el imperialismo.
El heroico pueblo de Irak esta frustrando el propósito de la invasión imperialista del 2003.
Las estrategias de dominación sin embargo adquieren nuevos rostros. El capital intenta la recomposición de su hegemonía política relanzando al progresismo, esto es, a gobiernos emanados de la lucha de masas antineoliberal que no alteran la esencia del sistema, que mantienen los compromisos con el FMI, bajo los cuales se mantiene la privatización de lo público y el recorte de las conquistas del movimiento obrero.
El progresismo con su discurso asistencialista tiene como tarea contener la rebelión popular, hacerla retroceder subjetivamente, despojarla de la confianza en la transformación, aunque esto sucede precisamente porque no se posiciona un alternativa clara de ruptura con el sistema, la alternativa comunista.
Es en ese contexto donde en México, como resultado de una acumulación de resistencias, del desarrollo de formas de lucha extraparlamentarias y de la conformación de un polo de las fuerzas clasistas y radicales se realizara La otra campaña. Esta iniciativa surge de las reuniones que en la selva lacandona de Chiapas sostuvimos organizaciones políticas de izquierda, movimientos sociales, trabajadores organizados, pueblos indios, intelectuales, etc. con el EZLN después que este en Junio diera a conocer su VI Declaración de la Selva Lacandona.
La otra campaña tiene una definición muy clara: es de izquierda y es anticapitalista, con el objetivo de levantar un plan nacional de lucha y una nueva constitución cuestionando radicalmente la democracia burguesa, mecanismo de falsa representación y reproductor de la dominación.
Arrancara en su primera etapa el día 1 de Enero del 2006 hasta el día 24 de Junio y por parte del zapatismo el Subcomandante Insurgente Marcos recorrerá el país.
En ese proceso se han establecido por acuerdo de ambas partes relaciones bilaterales entre el EZLN y el Partido de los Comunistas.
En medio de La otra campaña y del proceso electoral burgués se realizara el Congreso del Partido de los Comunistas, el 18 y 19 de Marzo con el propósito central de discutir y en su cado aprobar el proyecto de estrategia y táctica que hoy esta en manos ya de nuestras células. Este documento es una elaboración que parte de la consideración de la movilización de masas como forma principal de lucha contra el sistema, con base en la experiencia de los últimos años, así como el desarrollo y evaluación de las experiencias unitarias y frentistas.
¡Sólo en el socialismo, otro mundo es posible!
Ya expresamos en otros momentos el acuerdo con la opinión de Federico Engels que resume Rosa Luxemburgo en el folleto de junius: socialismo o barbarie.
La alternativa de los comunistas es la alternativa de la humanidad, de su existencia, de su desarrollo social, y ello exige las fuerzas revolucionarias pasemos a la ofensiva. El fortalecimiento de nuestro movimiento internacional y el reforzamiento de cada partido es la cuestión vital para que esta alternativa pueda triunfar.
Por ello la solidaridad entre los revolucionarios debe incrementarse. Varios partidos comunistas están desde hace años en la clandestinidad, en algunos casos en la propia Unión Europea, con lo que su discurso democrático queda como demagogia. La solidaridad con estos partidos comunistas y sus cuadros es algo que no se puede regatear. Lo mismo respuestas dinámicas a las campañas anticomunistas donde estas se realicen con base en iniciativas de nuestros mismos partidos.
En la misma idea la urgente acción por todos nuestros presos, por Simón Trinidad, Oliverio Medina, Sonia, Rodrigo Granda de las FARC-EP; con Sean Garland del Partido de los Trabajadores de Irlanda; con los cinco patriotas cubanos; con todos los que resisten.
No bajar la guardia frente a la campaña militarista del imperialismo ni sus amenazas contra los países socialistas, Cuba y Corea Popular. Aumentar la solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela.
La misma lucha contra los supermonopolios, enemigos comunes de los pueblos requieren actividades más coordinadas de nuestros partidos, necesitamos mecanismos que permitan esto. Esta es una lucha internacional.
Camaradas:
El Partido de los Comunistas de México es un modesto destacamento. Más tenemos convicciones profundas sobre la necesidad de empujar la ruptura impulsando las luchas clasistas
y la unidad de los antimperialistas y anticapitalistas. Jamás sacrificaremos la estrategia por la táctica, los principios por la coyuntura.
En México la ola reformista-liquidadora que pretendía desaparecer a los partidos comunistas llego antes de tiempo. En 1981 el histórico PCM fundado en 1919 fue disuelto por decisión de su núcleo dirigente, ellos presumían que se habían adelantado a la perestroika.
Durante años se lucho porque con bases marxistas-leninistas, con fuerte e irrenunciable identidad comunista se construyera el partido de la clase obrera.
Hoy tenemos más confianza en el futuro, estamos más concientes de nuestras responsabilidades, pensamos que el socialismo puede triunfar si a los principios del socialismo científico se le corresponde con una conducta revolucionaria con acción permanente entre la clase obrera y las masas.
Hoy tenemos nuevas y favorables condiciones para avanzar, el socialismo esta planteado nuevamente como un debate mundial: es tiempo de pasar a la ofensiva.
Fuente: Página del KKE/ Prensa Popular Comunistas Miranda
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