Por Tribuna Popular
Hijo del más respetable caudillo antigomecista, general José Rafael Gabaldón, y de Teresa Márquez Carrasquero, su partero fue el propio general Gabaldón, ante la carencia de médico, el 15 de julio de 1919. Argimiro fue el séptimo de nueve hermanos.
Casi autodidacta, «Chimiro», apodo familiar, fue un hombre de temprana inteligencia; estudió matemáticas, se hizo dibujante, deportista, un ser de múltiples facetas. Siendo adolescente es expulsado del Liceo Andrés Bello, de Caracas, a raíz de su participación en las manifestaciones de la Federación de Estudiantes de Venezuela, en 1936.
El camarada Argimiro Gabaldón se incorpora al Partido Comunista de Venezuela (PCV) en 1938, durante la presidencia de Eleazar López Contreras y con la vigencia del Inciso 6º del artículo 32 de la Constitución venezolana de la época, que prohibía las actividades comunistas en nuestro país.
Su firmeza y capacidad organizativa se destacaron en las luchas contra la dictadura perezjimenista, descollando como cuadro dirigente. Tras el derrocamiento de la dictadura militar, el 23 de enero de 1958, Argimiro junto a miles de camaradas fueron la columna vertebral del protagonismo del PCV en el auge de masas de esos años. La disciplina comunista ante el terror de la Seguridad Nacional (SN), los valientes de Guasina, los hombres y mujeres que frente a la tortura guardaban espartano silencio, la jamás interrumpida Tribuna Popular clandestina y los gloriosos y aguerridos jóvenes comunistas, son leyendas para buena parte del pueblo. El fundamental papel de los comunistas para la caída de la dictadura, es reconocido incluso por los adversarios del Partido del Gallo Rojo.
En 1958 y hasta principios de los años 60, el PCV es la primera fuerza electoral en Caracas «la roja», grandes sindicatos son dirigidos por comunistas, la JCV es una fuerza hegemónica en liceos y universidades. Ante las agresiones de la socialdemocracia puntofijista y la arremetida de la burguesía pro-imperialista, el PCV, inspirado en el ejemplo de la Revolución Cubana, organiza un importante movimiento armado que busca la conquista del poder político, la liberación nacional y el Socialismo.
Argimiro Gabaldón, el legendario Comandante Carache, encarnó como ninguno al revolucionario de su tiempo. En octubre de 1961, en las serranías de Lara, junto a un puñado de jóvenes comunistas y campesinos, comienza la epopeya de guerra popular. Reconocido como el más esclarecido comandante guerrillero de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), Argimiro comprende la necesidad de crear un ejército popular que lleve la guerra revolucionaria a toda la nación, como estrategia para llevar al pueblo trabajador de la ciudad y el campo a la conquista del poder y el triunfo de la Revolución proletaria y popular.
De 1961 hasta 1964, el Comandante Carache organiza lo que fue el más combativo núcleo de las FALN, el Frente guerrillero «Simón Bolívar», el cual fue de los pocos con una consistente base social campesina y un sólido control territorial. Humocaro Alto y Bajo, El Charal, el Paují, Cerro Blanco, serán, junto a otros lugares de nuestra patria, en donde la leyenda de Argimiro y del Frente «Simón Bolívar» retumbará hasta nuestros días.
El 12 de diciembre de 1964, en un suceso que durante años fue asumido como accidental, en medio de una reunión en la montaña, una bala lo hiere mortalmente. A pesar de que con rapidez es trasladado a un centro de salud en El Tocuyo, el histórico comandante comunista fallece en la madrugada del día 13. Investigaciones posteriores determinaron que fue asesinado producto de una infiltración enemiga en las filas revolucionarias; pero su ejemplo de audaz comandante, esclarecido jefe político y estratega militar, sigue guiando a las nuevas generaciones de comunistas para los combates definitorios por venir.
Fuente: Tribuna Popular/PrensaPopularSolidaria
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