Traducción por Ana Ibáñez
Siete (7) de cada diez (10) franceses tienen una opinión negativa del sistema capitalista.
Un 64% ve en la situación una incitación a la rebelión.
Frente a los múltiples esfuerzos realizados para marear la perdiz, atribuir la crisis a algunos financieros canallas o a disfunciones de un sistema intrínsecamente viable, los franceses muestran decididamente una considerable lucidez respecto a las responsabilidades del desastre económico y social. Los resultados de dos encuestas recientes que acaban de publicarse son significativos.
« Son las bases de nuestro modelo económico las que han resultado desacreditadas tanto para el gran público como para los directivos de empresas », señala François Miquet-Marty, Director del Instituto Viavoice, que acaba de realizar una encuesta para el diario económico Les Échos y las cámaras de comercio e industria entre estas dos categorías de población.
El resultado de la misma es que un 80% de los franceses declara tener una « mala opinión » de la Bolsa, un 71% de la economía de mercado, un 69% del capitalismo, 66% de los bancos y 61% de las grandes empresas. «
De manera inesperada en estas proporciones, los propios directivos de empresa se muestran muy críticos », indica el responsable de Viavoice : un 85% manifiesta una « opinión negativa » de la Bolsa, un 71% de los bancos, un 57% de la economía de mercado, 56% de las grandes empresas y 53% del capitalismo.
Otra encuesta, realizada por la empresa de estudios de opinión TNS Sofres-Logica para la prensa diaria regional, arroja resultados convergentes : entre los encuestados invitados a citar las dos categorías « que tienen un mayor grado de responsabilidad en el origen de la crisis económica y financiera mundial », un 58% responde que en primer lugar los bancos, 41% los dirigentes políticos. Los fondos de inversión y los accionistas ocupan el puesto 3º y 4º (29% y 23%). Por otra parte, casi un francés de cada dos (48%) considera que la manera en la que se habla de la crisis, « oculta su importancia real ».
Las encuestas aportan en segundo lugar algunas indicaciones sobre el alcance del impacto de la crisis. Según Viavoice, más de seis directivos de empresa de cada diez (61%) estiman que su empresa « está directamente afectada por la crisis económica y financiera ».
Los principales factores citados son el descenso de los pedidos (mencionado por un 92% de los directivos) y las « perspectivas de pedidos » (92%), seguidos de las tensiones en los precios (un 76% declara que « los clientes negocian más los precios »). Casi una tercera parte de los jefes de empresa encuestados (31%) echan igualmente la culpa a las « dificultades para encontrar financiamiento bancario ». La mayoría de estos directivos (52%) declaran además que no esperan el final de la crisis antes de 2010.
Por lo que respecta a los ciudadanos de a pie, Viavoice nos informa que un 41% de los mismos se declaran « directamente afectados por la crisis » (43% de trabajadores, 27% de ejecutivos) y culpan sobre todo al deterioro de su poder adquisitivo. A la pregunta de « en qué aspectos » resultan afectados, Un 88% responde que en el aumento del precio de los gastos corrientes, 70% la subida del precio de los gastos más elevados (coche, vivienda, obras, vacaciones, etc.), 58% la pérdida de valor de su « patrimonio », 52% el descenso de los ingresos. Por otra parte, un 31% de la población activa interrogada confiesa tener « problemas de empleo ».
Sin embargo, el ambiente no se inclina precisamente al fatalismo. La movilización del 19 de marzo lo demostró de manera evidente y la encuesta de TNS Sofres-Logica lo confirma : más de seis franceses de cada diez (64%) tienen la impresión de que la situación va a empujar a la población « a rebelarse para manifestar violentamente su descontento », frente a un 31% que anticipan más bien « una resignación y un repliegue de los franceses en su esfera personal ».
Por último, un aviso para los jefes de Estado que posan como gobernantes del planeta y se preparan para reunirse en el marco del G20, en particular para Nicolas Sarkozy que se desvive por hacernos creer que quiere refundar » el sistema económico : una mayoría de los franceses (55%) opinan que el sistema capitalista sólo se « reformará superficialmente » y un 31% considera incluso que « no se reformará » en absoluto.
Siete (7) de cada diez (10) franceses tienen una opinión negativa del sistema capitalista.
Un 64% ve en la situación una incitación a la rebelión.
Frente a los múltiples esfuerzos realizados para marear la perdiz, atribuir la crisis a algunos financieros canallas o a disfunciones de un sistema intrínsecamente viable, los franceses muestran decididamente una considerable lucidez respecto a las responsabilidades del desastre económico y social. Los resultados de dos encuestas recientes que acaban de publicarse son significativos.
« Son las bases de nuestro modelo económico las que han resultado desacreditadas tanto para el gran público como para los directivos de empresas », señala François Miquet-Marty, Director del Instituto Viavoice, que acaba de realizar una encuesta para el diario económico Les Échos y las cámaras de comercio e industria entre estas dos categorías de población.
El resultado de la misma es que un 80% de los franceses declara tener una « mala opinión » de la Bolsa, un 71% de la economía de mercado, un 69% del capitalismo, 66% de los bancos y 61% de las grandes empresas. «
De manera inesperada en estas proporciones, los propios directivos de empresa se muestran muy críticos », indica el responsable de Viavoice : un 85% manifiesta una « opinión negativa » de la Bolsa, un 71% de los bancos, un 57% de la economía de mercado, 56% de las grandes empresas y 53% del capitalismo.
Otra encuesta, realizada por la empresa de estudios de opinión TNS Sofres-Logica para la prensa diaria regional, arroja resultados convergentes : entre los encuestados invitados a citar las dos categorías « que tienen un mayor grado de responsabilidad en el origen de la crisis económica y financiera mundial », un 58% responde que en primer lugar los bancos, 41% los dirigentes políticos. Los fondos de inversión y los accionistas ocupan el puesto 3º y 4º (29% y 23%). Por otra parte, casi un francés de cada dos (48%) considera que la manera en la que se habla de la crisis, « oculta su importancia real ».
Las encuestas aportan en segundo lugar algunas indicaciones sobre el alcance del impacto de la crisis. Según Viavoice, más de seis directivos de empresa de cada diez (61%) estiman que su empresa « está directamente afectada por la crisis económica y financiera ».
Los principales factores citados son el descenso de los pedidos (mencionado por un 92% de los directivos) y las « perspectivas de pedidos » (92%), seguidos de las tensiones en los precios (un 76% declara que « los clientes negocian más los precios »). Casi una tercera parte de los jefes de empresa encuestados (31%) echan igualmente la culpa a las « dificultades para encontrar financiamiento bancario ». La mayoría de estos directivos (52%) declaran además que no esperan el final de la crisis antes de 2010.
Por lo que respecta a los ciudadanos de a pie, Viavoice nos informa que un 41% de los mismos se declaran « directamente afectados por la crisis » (43% de trabajadores, 27% de ejecutivos) y culpan sobre todo al deterioro de su poder adquisitivo. A la pregunta de « en qué aspectos » resultan afectados, Un 88% responde que en el aumento del precio de los gastos corrientes, 70% la subida del precio de los gastos más elevados (coche, vivienda, obras, vacaciones, etc.), 58% la pérdida de valor de su « patrimonio », 52% el descenso de los ingresos. Por otra parte, un 31% de la población activa interrogada confiesa tener « problemas de empleo ».
Sin embargo, el ambiente no se inclina precisamente al fatalismo. La movilización del 19 de marzo lo demostró de manera evidente y la encuesta de TNS Sofres-Logica lo confirma : más de seis franceses de cada diez (64%) tienen la impresión de que la situación va a empujar a la población « a rebelarse para manifestar violentamente su descontento », frente a un 31% que anticipan más bien « una resignación y un repliegue de los franceses en su esfera personal ».
Por último, un aviso para los jefes de Estado que posan como gobernantes del planeta y se preparan para reunirse en el marco del G20, en particular para Nicolas Sarkozy que se desvive por hacernos creer que quiere refundar » el sistema económico : una mayoría de los franceses (55%) opinan que el sistema capitalista sólo se « reformará superficialmente » y un 31% considera incluso que « no se reformará » en absoluto.
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