Por: Vladimir Lenin
«Como no llegué a Petrogrado hasta el 3 de abril por la noche, en la reunión del 4 de abril pude, naturalmente, intervenir con un informe acerca de las tareas del proletariado revolucionario sólo en mi nombre y haciendo constar mi preparación insuficiente.
Lo único que podía hacer, para facilitarme la labor a mí mismo y también a los oponentes de buena fe, era preparar las tesis por escrito. Las leí y entregué el texto al camarada Tsereteli. Las leí dos veces muy despacio: primero en una reunión de los bolcheviques y luego en una de los bolcheviques y mencheviques.
Publico estas tesis personales mías con sólo notas explicativas muy breves, que en mi informe desarrollé mucho más ampliamente.
Tesis
1. En nuestra actitud hacia la guerra —que por parte de Rusia, bajo el nuevo gobierno de Lvov y Cía., sigue siendo indudablemente una guerra imperialista de rapiña, debido al carácter capitalista de ese gobierno—, no es posible tolerar concesión alguna, por pequeña que sea, al «defensismo revolucionario».
El proletariado con conciencia de clase puede dar su asentimiento a una guerra revolucionaria que justifique realmente el defensismo revolucionario sólo bajo las siguientes condiciones:
(a) que el poder pase a manos del proletariado y de los sectores más pobres de los campesinos, aliados al proletariado;
(b) que se renuncie de hecho, y no sólo de palabra, a todas las anexiones;
(c) que se rompa realmente y de modo absoluto con todos los intereses de los capitalistas.
Dada la indudable buena fe de grandes sectores de la masa que creen en el defensismo revolucionario, que admiten la guerra únicamente como una necesidad y no como guerra de conquista, dado que han sido engañados por la burguesía, es preciso explicarles su error de un modo particularmente minucioso, paciente y perseverante, explicarles la ligazón indisoluble que existe entre el capital y la guerra imperialista, y demostrarles que sin abatir el capital es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente democrática, una paz no impuesta por la fuerza.
Debe organizarse la propaganda más amplia de estas ideas en el ejército combatiente.
Confraternización.
2. La peculiaridad del momento actual en Rusia es el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia de clase y de organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y de los sectores pobres de los campesinos.
Este paso se caracteriza, por una parte, por un máximo de legalidad (Rusia es actualmente de todos los países beligerantes el más libre del mundo); por otra parte, por la falta de violencia contra las masas, y finalmente, por la confianza irreflexiva de éstas con el gobierno de los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del socialismo.
Esta situación peculiar exige de nosotros capacidad para adaptarnos a las condiciones especiales de la labor del Partido entre grandes masas del proletariado, nunca vistas hasta ahora, que acaban de despertar a la vida política.
3. Ni el menor apoyo al Gobierno provisional; demostrar la falsedad absoluta de todas sus promesas, especialmente las que se refieren a la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este gobierno, que es un gobierno de capitalistas, en vez de «exigir» que deje de ser imperialista, cosa inadmisible y que no hace más que despertar ilusiones.
4. Reconocer que en la mayor parte de los soviets de diputados obreros, nuestro partido está en minoría y, por el momento, una minoría pequeña, frente al bloque de todos los elementos pequeñoburgueses oportunistas, sometidos a la influencia de la burguesía y que llevan dicha influencia al proletariado, elementos que abarcan desde los socialistas populares y los socialistas revolucionarios hasta el Comité de Organización (Chjeídze, Tsereteli, etc.), Steklov, etc.
Explicar a las masas que los soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario, por cuya razón, mientras este gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra tarea es explicar de manera paciente, persistente y sistemática, los errores de su táctica, dar una explicación adaptada especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Mientras estemos en minoría, realizaremos la tarea de criticar y señalar los errores, propugnando, al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los soviets de diputados obreros para que, sobre la base de la experiencia, las masas superen sus errores.
5. No una república parlamentaria —volver a ella desde los soviets de diputados obreros sería dar un paso atrás—, sino una república de los soviets de diputados obreros, peones rurales y campesinos, en todo el país, de abajo a arriba.
Supresión de la policía, del ejército y de la burocracia.
Los salarios de los funcionarios, todos los cuales son elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberán nunca exceder el salario medio de un obrero calificado.
6. En el programa agrario, trasladar toda la atención a los soviets de diputados peones rurales.
Confiscación de todas las tierras de los terratenientes. Nacionalización de todas las tierras del país, de las que dispondrán los soviets locales de diputados peones rurales y campesinos.
Creación de soviets especiales de diputados campesinos pobres. Establecimiento en todas las grandes fincas (con una extensión de 100 a 300 desiatinas, según el lugar y demás condiciones, y conforme determinen los organismos locales) de haciendas modelo bajo el control de los soviets de diputados peones rurales y por cuenta de la comunidad.
7. Fusión inmediata de todos los bancos del país en un banco nacional único, sometido al control de los soviets de diputados obreros.
8. Nuestra tarea inmediata no es la ‘introducción’ del socialismo, sino sólo poner en seguida la producción social y la distribución de productos bajo el control de los soviets de diputados obreros.
9. Tareas del partido:
a) Celebración inmediata de un congreso del partido;
b) Modificación del programa del partido; principalmente: sobre el imperialismo y la guerra imperialista; sobre la actitud hacia el Estado y nuestra reivindicación de un Estado-comuna; modificación del programa mínimo, que ha envejecido.
c) Cambiar el nombre del partido.
10. Renovar la Internacional.
Iniciativa para crear una Internacional revolucionaria, una Internacional contra los socialchovinistas y contra el «centro». Es decir, sustituir el ejército regular por el armamento del pueblo. Es decir, un Estado cuyo prototipo fue la Comuna de París.
En lugar de «socialdemocracia», cuyos dirigentes oficiales han traicionado al socialismo en el mundo entero y se han pasado a la burguesía (los «defensistas» y los vacilantes «kautskistas»), debemos llamarnos Partido Comunista.
Se llama «centro», en la socialdemocracia internacional, a la tendencia que oscila entre los chovinistas («defensistas») y los internacionalistas, es decir Kautsky y Cía. en Alemania, Louguet y Cía. en Francia, Chjeídze y Cía. en Rusia, Turati y Cía. en Italia, MacDonald y Cía. en Inglaterra, etc».
(*) Tesis presentadas por Lenin a la Conferencia del Partido Bolchevique celebrada en abril de 1917.
Fuente: PrensaPopular Comunistas Miranda
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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