Pedro Brenes
Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias
Es muy conocido el precepto según el cual el revolucionario debe moverse entre las masas populares como el pez en el agua. Y que debe estar obligatoriamente donde estén las masas, integrado en cada lucha reivindicativa, situado en la primera fila de cada movilización y a la vanguardia de la defensa de los derechos de los pobres y los oprimidos.
Sin embargo, algunos, por ignorancia o por vanidad, entienden esto como que el líder político es el protagonista y el intérprete imprescindible que, suplantando a los trabajadores, se separa y se distingue de ellos, asumiendo ilegítimamente su representación.
Así, progresivamente, se dedican a filtrar a través de su prisma personal, cada vez más pequeñoburgués y pagado de sí mismo, colmado de su orgullo de “jefes” y de su inmodestia, los verdaderos intereses inmediatos y generales del pueblo, convencidos de que sólo ellos están capacitados para decidir qué deben pensar y qué deben hacer los trabajadores.
El pobre y limitado horizonte teórico que les caracteriza, les conduce inevitablemente a la soberbia y la pedantería, transformándolos rápida e irreversiblemente en burócratas engreídos. Llegados a este punto, los “líderes dirigentes” y los “militantes” de estos grupos sociales, sindicales y políticos reformistas y burocratizados, insisten en disminuir la importancia de las labores de agitación, propaganda y organización de las masas populares, limitándose a lanzar consignas y llamamientos que, supuestamente, deben ser obedecidos y seguidos al pie de la letra, aunque los trabajadores no hayan participado en la discusión ni en la elaboración de tales consignas y movilizaciones.
Suele ocurrir que cuando el llamamiento lanzado por ellos no obtiene la esperada respuesta, los burócratas terminan por culpar al pueblo de lo que no son más que sus propios errores teóricos, políticos y organizativos. Y tampoco es raro que, justificándose interesadamente en la “apatía” y la “ignorancia” del pueblo, se conviertan en colaboradores del Estado burgués acordando, en nombre de los trabajadores y a espaldas de éstos, pactos y arreglos favorables a los empresarios explotadores y las instituciones de su Estado.
Alérgicos al trabajo político de masas, siempre incómodos ante la participación directa y asamblearia de los verdaderos protagonistas de los cambios sociales, pasan el tiempo entre reuniones y discusiones endógenas, debates bizantinos alejados de una realidad social que no quieren ver y que, en el fondo, les interesa poco y manifestándose con sus “militantes” pensando más en la prensa burguesa y en las cadenas de televisión, que en la concienciación y la participación de las masas.
Bajo la presión de la explotación y la opresión de la sociedad burguesa, los trabajadores reaccionan espontáneamente con rebeldía, protestas y, por último, con la lucha abierta contra el deterioro de sus condiciones de vida, los recortes de derechos laborales, la degradación de los servicios públicos, la carestía y el desempleo.
Fuente: Independencia y Socialismo_ Portavoz Digital del Partido Revolucionario de los Comunistas Canarios
Edición de: Prensapopular_Solidaridad Comunistas Miranda
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias
Es muy conocido el precepto según el cual el revolucionario debe moverse entre las masas populares como el pez en el agua. Y que debe estar obligatoriamente donde estén las masas, integrado en cada lucha reivindicativa, situado en la primera fila de cada movilización y a la vanguardia de la defensa de los derechos de los pobres y los oprimidos.
Sin embargo, algunos, por ignorancia o por vanidad, entienden esto como que el líder político es el protagonista y el intérprete imprescindible que, suplantando a los trabajadores, se separa y se distingue de ellos, asumiendo ilegítimamente su representación.
Así, progresivamente, se dedican a filtrar a través de su prisma personal, cada vez más pequeñoburgués y pagado de sí mismo, colmado de su orgullo de “jefes” y de su inmodestia, los verdaderos intereses inmediatos y generales del pueblo, convencidos de que sólo ellos están capacitados para decidir qué deben pensar y qué deben hacer los trabajadores.
El pobre y limitado horizonte teórico que les caracteriza, les conduce inevitablemente a la soberbia y la pedantería, transformándolos rápida e irreversiblemente en burócratas engreídos. Llegados a este punto, los “líderes dirigentes” y los “militantes” de estos grupos sociales, sindicales y políticos reformistas y burocratizados, insisten en disminuir la importancia de las labores de agitación, propaganda y organización de las masas populares, limitándose a lanzar consignas y llamamientos que, supuestamente, deben ser obedecidos y seguidos al pie de la letra, aunque los trabajadores no hayan participado en la discusión ni en la elaboración de tales consignas y movilizaciones.
Suele ocurrir que cuando el llamamiento lanzado por ellos no obtiene la esperada respuesta, los burócratas terminan por culpar al pueblo de lo que no son más que sus propios errores teóricos, políticos y organizativos. Y tampoco es raro que, justificándose interesadamente en la “apatía” y la “ignorancia” del pueblo, se conviertan en colaboradores del Estado burgués acordando, en nombre de los trabajadores y a espaldas de éstos, pactos y arreglos favorables a los empresarios explotadores y las instituciones de su Estado.
Alérgicos al trabajo político de masas, siempre incómodos ante la participación directa y asamblearia de los verdaderos protagonistas de los cambios sociales, pasan el tiempo entre reuniones y discusiones endógenas, debates bizantinos alejados de una realidad social que no quieren ver y que, en el fondo, les interesa poco y manifestándose con sus “militantes” pensando más en la prensa burguesa y en las cadenas de televisión, que en la concienciación y la participación de las masas.
Bajo la presión de la explotación y la opresión de la sociedad burguesa, los trabajadores reaccionan espontáneamente con rebeldía, protestas y, por último, con la lucha abierta contra el deterioro de sus condiciones de vida, los recortes de derechos laborales, la degradación de los servicios públicos, la carestía y el desempleo.
Fuente: Independencia y Socialismo_ Portavoz Digital del Partido Revolucionario de los Comunistas Canarios
Edición de: Prensapopular_Solidaridad Comunistas Miranda
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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