Por: Faustino Rodríguez Bauza/Ferrebé
Un proceso de radicalización de la lucha de clases se presenta en la actualidad en la crisis de Túnez.
Después de más de veinte años de instalada la dictadura de Ben Alí, con el beneplácito de la Unión Europea y sus factores dominantes capitalistas, que se aprovecharon de ella para consolidar sus estructuras maquilares y producir procesos de sobreexplotación contra la clase obrera y los trabajadores tunecinos, apoyados en la complicidad del gobierno dictatorial, ahora se enfrentan a esta crisis.
La dictadura de Ben Alí le sirvió a los capitalistas internacionales y sus cómplices tunecinos con su política represiva contra la lucha sindical y política revolucionaria, especialmente ilegalizando y persiguiendo a los comunistas, sindicalistas clasistas y luchadores revolucionarios consecuentes, tratando de aplastar las luchas populares, que a pesar de la represión, a lo largo de esos veinte años, la oposición revolucionaria popular y los comunistas lograron la suficiente madurez y organización para producir una escalada de luchas, tomar la iniciativa estratégica, ganar las calles en protestas masivas, las cuales el gobierno dictatorial trató de paralizar aumentando la represión.
El inicio del resultado de la confrontación se da cuando se demuestra la incapacidad de Ben Alí para detener el movimiento popular, en el cual juega un papel importante la organización y participación de los comunistas, que a lo largo de los veinte años han sido los más consecuentes luchadores antidictatoriales.
Es entonces cuando se comienzan a producir las operaciones de recambio, a tratar de sostener el régimen, con algunos cambios cosméticos, pero manteniendo en esencia la misma dominación de clases que lo ha sostenido hasta ahora, tratando de salvarlo con los salvavidas lanzados desde el extranjero por los mismos gobiernos que ampararon mediante el dejar hacer dejar pasar político al gobierno dictatorial de Ben Alí. Cuando las luchas en las calles hacen insostenible el régimen vienen las clases dominantes al salvamento.
En primer lugar intentan, a través el propio Ben Alí y sus ofertas demagógicas de "cambio" --con él mismo en el poder, con ofertas de elecciones inmediatas, de apertura de libertades-- pero esta maniobra no les funcionó, ante el rechazo popular, al que se suman sectores de las clases dominantes tunecinas y los propios agentes de los capitalistas externos, quienes buscan apoderarse de la dirección del gobierno junto a los cómplices de Ben Alí, manteniendo a la mayoría de ellos en el gobierno, y de esa manera madrugar al movimiento popular y crear condiciones para seguir dominando, aparentemente prescindiendo de Ben Alí , pero colocando en el poder a su lugarteniente y primer Ministro Ghannouchi.
La maniobra es la de formar gobierno provisional alrededor del Primer Ministro Ghannouchi colocando como mascarón de proa el apoyo del Ejército, cuando en verdad el problema está en que es el propio Ejército y sus altos mandos quienes están aprovechando la situación para hacerse con el poder. Cuando esa maniobra aparentemente se les caía, acuden entonces al anuncio de un globo de ensayo con otro personaje del entorno de Ben Alí, el Presidente del Congreso. En ambos casos está presente el peligro del inicio de la telepolítica con una dirección del poder por el propio Ben Alí desde el extranjero.
Los últimos anuncios conducen a un amarre de la maniobra de montar el gobierno alrededor del Primer Ministro de Ben Alí , Ghannouchi, manteniendo seis ministros del gobierno anterior, de los cuales los básicos para el dominio del poder en manos de los integrantes del gobierno de Ben Alí, como son: Interior, Relaciones Exteriores y Defensa, anunciando la integración de algunos representantes de la llamada Oposición "Legal", cuya oposición en realidad es aparente, porque la oposición real ha estado permanentemente ilegalizada y perseguida.
El anuncio de "nuevo" gobierno, huele más bien a un autogolpe, a dictadura reencauchada, ya que mantiene en el poder a los representantes de los mismos intereses que apoyaron a Ben Alí, de opresión económica y política, coloca al Ejército en un papel preponderante, anuncian unas elecciones de por sí ya fraudulentas al no darse la legalización de los Partidos ilegalizados, especialmente los comunistas, quienes a pesar de estar ilegalizados y perseguidos, han venido fortaleciéndose y convirtiéndose en una fuerza de gran importancia.
Igualmente están colocando limitaciones no anunciadas pero aplicadas a los regresos de los exiliados políticos, mantienen grupos de paramilitares y francotiradores de los cuerpos de Ben Alí en las calles para reprimir las manifestaciones, lanzan las campañas del "peligro" comunista, de la participación en la calle de integrantes de Al Kaeda y de extremistas musulmanes, tildan de "desórdenes" y "saqueos" a las manifestaciones populares de protesta por el mantenimiento, de hecho, del mismo gobierno anterior, para justificar mantener la represión.
Los incorporados de la llamada oposición "legal, temperada", corresponden a personeros económicos disfrazados de políticos, de la derecha contemporizadora con Ben Alí, desde una "oposición" manipulada, y de agentes de los sectores empresariales económicos dominantes al servicio de las empresas extranjeras dominantes, cómplices de las políticas económicas de sobreexplotación, precarización de la clase obrera y manejo de los recursos del Estado para el enriquecimiento, la corrupción y el latrocinio, mientras que se niegan a la población empobrecida tunecina los recursos para los servicios médicos, la educación, la cultura y el bienestar popular.
Esto implica que sigue planteada la lucha de la clase obrera, los trabajadores de la ciudad y el campo, para las capas medias, los sectores nacionalistas, los comunistas y las masas populares tunecinas, una lucha ahora más crucial y a fondo por el logro de una real y efectiva democratización, la total legalización de los Partidos y Organizaciones ilegalizadas, entre ellas principalmente el PCOT--Partido Comunista de los Obreros de Túnez--y los sindicatos clasistas.
Está planteada, como señalamos en artículo anterior, que :
"""principalmente los trabajadores tunecinos presionan en relación a condiciones de trabajo, salarios, y otras prestaciones, para liquidar las condiciones de precarización y elevada explotación que imperan en ese país, al cual se han "mudado" una buena cantidad de empresas del sur de Francia y otros países europeos, para aprovecharse de la libertad que les brindó la dictadura de Ben Alí, para facilitarles la sobreexplotación contra los trabajadores.
Hasta ahora la presión popular se dirige también a reforzar la lucha para que no se haga posible "el recambio", con el Ejército en el poder tras la máscara del ex-Primer Ministro de Ben Alí, y más adelante volver a la misma orientación, con otros guantes menos rugosos, pero igual de explotadores y de reforzamiento de la explotación capitalista.En los medios alternativos populares y de la izquierda àrabe se insiste en la necesidad del reforzamiento de la solidaridad con el pueblo tunecino.""".
Está presente también, el factor "chispa", al cual temen los sectores dominantes derechistas en los países árabes, como es que el ejemplo Tunecino cunda en el Continente Africano, donde existen gobiernos en condiciones similares a las de Túnez. Ellos temen que un progreso en Túnez hacia un gobierno consecuente con los reclamos populares y el avance social pueda ser un estímulo para el crecimiento de los movimientos populares, las protestas y levantamientos contra otros gobiernos del mismo signo del de Ben Alí, de gobiernos capitalistas de sobrexplotación, supresión de libertades y comportamiento dictatorial.
Es el reto que está planteado al movimiento popular tunecino, en este momento en vanguardia en las luchas populares en el Continente Africano. En verdad se trata, lo que sucede en Túnez, de la punta de un enorme iceberg, que viene agrandándose con el desarrollo que se comienza a hacer incontenible, de las luchas populares revolucionarias, en los países árabes y en Africa en general.
Es un momento donde la solidaridad internacional proletaria se convierte en una necesidad y un apoyo a las luchas de los pueblos es urgente, en este caso con Túnez.
Desde la Organización Local Intermunicipal Miranda Centro del Partido Comunista de Venezuela ratificamos nuestra solidaridad al pueblo de Túnez, en su lucha actual, por impedir que se consolide el recambio capitalista dictatorial para mantener en ese País un gobierno del mismo carácter de clase y explotación, con algún barniz exterior engañoso.
Estamos contra esa maniobra que están buscando consumar con la participación del Ejército, de compañeros de ruta capitalistas del mismo gobierno anterior, y con el apoyo no tan escondido de los gobiernos imperialistas, desde Francia, los Estados Unidos, la Unión Europea en general y los países con empresas asentadas allí para aprovechar la oportunidad de maximizar ganancias.
Fuente: PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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Hace 6 años
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