Con la presente OPTICA llegamos al cierre de un año más, cuyo balance todavía no podemos decir con certeza si es uno positivo, puesto que en realidad cada año se prolonga en el siguiente y no hay un muro que los pueda separar. De todos modos, en lo relativo al plano internacional se ha profundizado bastante la crisis del capitalismo, con consecuencias muy negativas en muchos países para las clases trabajadoras.
En Europa, particularmente, se ha hecho sentir con gran fuerza la crisis económica en aquellos países que le dieron un énfasis muy grande al turismo, o sea los del sur de ese continente, pues ya no reciben la masa de turistas provenientes de países norteños como Alemania. Lo cual ha traído muy serias consecuencias en Grecia, España, Portugal, Italia, con repercusiones políticas graves. Aunque lamentablemente sus partidos políticos de izquierda no sacan provecho de tal crisis, por sus flirteos revisionistas de varios años.
En Asia, los grandes triunfadores han sido China y Vietnam, en el terreno económico, y sin guerras. Lo cual ha producido en los países occidentales una enorme preocupación, y sus dirigentes ya no saben lo que pueden hacer al respecto. Un hecho es claro, y es que comercialmente China ya los ha derrotado. Esto es algo que se puede constatar muy bien aquí en nuestra Venezuela, que fue antes un mercado monopolizado por Estados Unidos y sus amigos.
En Africa, también en ese continente China se hace sentir cada día más en el aspecto comercial, mientras que los europeos y los Estados Unidos retroceden.
En América, tomada en su conjunto de norte y sur, es donde los imperialistas yanquis y no yanquis todavía tienen influencias de vieja data. La estrategia monroísta de mantenernos divididos les sigue dando frutos, sin duda. Un país tan importante como lo es Méjico, pasó del bando antimperialista al pro-yanqui. Pero otros como Venezuela, Ecuador y Bolivia, han hecho exactamente lo opuesto. A la vez que Brasil y Argentina, tan importantes, todavía nadan entre dos aguas y no se definen claramente. Mientras que Puerto Rico, así como Panamá, Perú, El Salvador y Guyana lucen poco firmes.
Tomado en su totalidad, todo nos indica que el peligro de una gran guerra mundial se ha desvanecido un poco, puesto que no hay en el mundo actual una rivalidad como la que mantuvieron los Estados Unidos y la URSS.
Sin embargo, la producción de armamento continúa en gran escala, y los productores y los compradores de armas mantienen muy activo siempre ese mercado. Desde que se desintegró la URSS no se habla más de un desarme general y completo, que sería la vía para instaurar en el mundo una paz internacional firme y permanente.
Por otra parte, asoma la posibilidad de que un país como nuestra hermana y vecina Colombia, luego de una guerra interna de más de medio siglo y un número incontable de muertos, alcance un arreglo de paz entre los bandos beligerantes, que sería aplaudido, sin duda, tanto por los Partidos Comunistas como por todas las fuerzas progresistas de nuestro continente y del resto del mundo.
En conclusión, se debe reconocer que acá en nuestra Venezuela, de paso en paso, y con lentitud tropical, nuestro país viene avanzando. Este año 2012 que ahora concluye, nos ha producido enseñanzas muy valiosas para el futuro del país. En la escena mundial, debemos mantener el clima de respeto mutuo con todos los países, sin tomar en cuenta el balance de nuestras relaciones anteriores, y siempre con el propósito de ampliar y mejorar dichas relaciones.---
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