Hace 77 años, en un contexto parecido al actual, el 16 de febrero de 1933 terminaba violentamente una de las mas poderosas huelgas obreras anteriores a la Segunda Guerra Mundial en Rumania. Aunque ya he hablado de ella en este blog, conviene recordarla ahora que las medidas del gobierno actual recuerdan tanto a la "curva de sacrificio" que exigia el gobierno de entonces a los trabajadores, y ante la que, por supuestos, los trabajadores rumanos reaccionarion con dignidad.
Una muestra mas de que la lucha de clases, por mucho que los medios de propaganda de la clase capitalista intente negar (a veces con gran eficacia) sigue presente, aunque hoy solo una de estas clases tenga conciencia y actue unida en contra de la otra.
Los huelguistas de entonces estaban organizados por el Partido Comunista y otros partidos trabajadores, y tras unos dias encerrados en los talleres de la Compañia de Ferrocarriles Rumanos del barrio de Grivita de Bucarest, fueron asaltados por el ejercito y la policia rumana, siendo asesinados 7 de ellos. De entre las fuerzas del gobierno murieron dos soldados y un guardia publico. Hubo multitud de heridos y detenidos.
Armand Calinescu era entonces subsecretario de estado del ministerio del interior en el gobierno aristocrata-burgues del rey Carol II, dirigido por Alexandru Vaida-Voievod. En este puesto supervisó las medidas contra el Partido Comunista Rumano y ordenó a las tropas la detención de los sospechosos de agitación tras la huelga minera de Lupeni en 1929, y por supuesto no dudó en mandar disparar contra los manifestantes durante la huelga de Griviţa de 1933.
El actual gobierno, intenta evitar que la crisis la paguen sus causantes. Para eso en aquél momento acudieron a una matanza.Se trata de una de las matanzas historicas de los gobiernos de las oligarquias rumanas, junto con la de campesinos de 1907 (descrita por el internacional Panait Istrati en su excelente libro "Los cardos del Baragan"), y la de los mineros en 1999, en Stoenesti (en el contexto de la destruccion de la industria rumana y de las conocidas como mineriadas),
La "Curbe de Sacrificiu" de entonces (Reducciones de Salarios)es la misma Receta Actual impuesta a Sangre y Muerte
Como forma de enfrentar la crisis sobrevenida a finales de los años 20, el gobierno de Vaida-Voievod introdujo entonces lo que tambien esta haciendo el gobierno actual, y que entonces denominaban "curbe de sacrificiu" (reducciones de salario en los sectores estatales), lo que creó bastante descontento social en una situacion de crisis economica que exigia sacrificios constantes, principalmente a los trabajadores y campesinos (tal que hoy).
Como se puede comprobar, las circunstancias de entonces suenan bastante a lo que esta sucediendo en la actual crisis: los trabajadores cargan con todo el peso de las consecuencias, mientras las elites siguen enriqueciendose a su costa, y el gobierno sigue sirviendo a sus intereses.
En aquel entonces, los trabajadores de los talleres de CFR (la compañia estatal de ferrocarriles rumana) tenian mas motivos de enfado, ya que el 20 de enero la administracion les anuncio que no les pagaria los salarios a no ser que demostraran que habian pagado sus impuestos los ultimos tres años(evidentemente eso mismo no se exigio a los miembros del gobierno y sus amigos los hombres de negocios y los aristocratas).
En 1932 se habia creado un sindicato rojo, comunista, frente al sindicato social democrata de linea moderada que hasta entonces representaba a los trabajadores. Estaba dirigido por Panait Bogatoiu y Constantin Doncea. El conflicto estallo en enero de 1933, liderado por un comite de fabrica, con los 700 trabajadores de los vagones, a los que se unieron despues mas de 3000 de los talleres. La huelga se extendio rapidamente por toda Rumania.
El ministro de Comunicaciones, Eduard Mirto, negocio en principio con los trabajadores, pero despreciando al sindicato comunista, solo pacto con el sindicato social democrata un aumento salarial y ayudas para pagar el alquiler. Sin embargo, la poca fe de los trabajadores en gobierno y sus representantes mantuvo la tension social. Asi que tras la reanudacion del trabajo, solo 200 trabajadores volvieron a su puesto, de entre 5000.
Constantin Doncea
El comite de fabrica voto continuar con las reivindicaciones, exigiendo ahora ayudas para las subidas de los precios, un aumento mayor del salario y el reconocimiento del sindicato comunista como interlocutor. En 1933 la estructura de los comunistas en las aun escasas fabricas rumanas era cada vez mas poderosa. Dumitru Sparlea, dirigente del sindicato socialdemocrata, se desvinculo de esta movilizacion, y las autoridades rechazaron negociar unas reivindicaciones que consideraban politicas, y no laborales.
En el transfondo estaba el terror de las clases dirigentes a los movimientos comunistas que, irremediablemente, atraian a los trabajadores locales que vivian en condiciones bastante precarias. Por eso se atacaba a los sindicatos comunistas, en Rumania como en el resto del mundo capitalista, acusandoles de agentes sovieticos sometidos a intereses extranjeros, e intentando desviar la atencion sobre las verdaderas causas de las revueltas a asuntos de politica exterior y con acusaciones faciles de antipatriotismo.
El 15 de febrero las autoridades procedieron a arrestar a los lideres del movimiento, entre los que estaban Panai Bogatoiu, Constantin Doncea, Gheorghe Apostol (actual presidente honorifico del Partido Comunista en reconstitucion), Chivu Stoica, Ilie Pintilie, Gheorghe Vasilichi y Gheorghe Georghiu-Dej (este seria mas tarde el Presidente de la Republica Popular Rumana). Estos arrestos levantaron aun mas los animos de los huelguistas, que se niegan a volver al trabajo, exigiendo la liberacion de los detenidos como portavoces del comite de huelga.
Gheorghiu-Dej en su juventud dió el frente a las luchas populares.
El 16 de febrero por la mañana las tropas del gobierno rodean los talleres de CFR-Grivita, y tras un ultimatun y varios disparos de advertencia, y despues de que la mitad de los obreros se entregaran, asaltaron los talleres, disparando sin piedad contra los que dentro resistian. Hubo 7 obreros muertos (Vasile Roaită, Dumitru Popa, Gheorghe Popescu, Cristea Ionescu, Dumitru Tobiaş, Dumitrz Mayer, Ion Dumitrescu) y casi 100 heridos.
Tambien hubo mas de 1000 arrestados , de los que al final fueron acusados de organizadores y agitadores 380. Como durante la huelga el gobierno declaro el estado de sitio, los trabajadores fueron juzgados por tribunales militares. Los obreros fueron tambien obligados a negar su vinculacion al partido comunista para ser readmitidos en CFR, y a llevar desde entonces una identificacion como trabajadores de los talleres para evitar que entre ellos se movieran "agitadores externos".
En resumen, se trato de un episodio de lucha obrera como eran habituales en toda Europa en esas fechas, 1933, en la cual los gobiernos europeos intentaban mantener los privilegios de las oligarquias, aristrocatas y empresarios, ante el empuje de las ideologias anticapitalistas representadas por el comunismo y el anarquismo, en un contexto en el que la crisis economica agudizaba las tensiones sociales
Esas tensiones sociales fueron utilizadas por las elites para fomentar el crecimiento del fascismo, como forma de mantener en sus manos los privilegios puestos en riesgo por las corrientes revolucionarias que se extendieron por Europa tras el triunfo de la Revolucion Sovietica en 1917. En Rumania el fascismo estaba representado por la Guardia de Hierro de Codreanu que, curiosamente, fue de los pocos movimientos politicos que condenaron el asalto de los talleres de CFR en Grivita contra los comunistas.
La prensa burguesa intento contradictoriamente ocultar la vinculacion de los obreros con el movimiento comunista, mientras acusaba a la vez los huelguistas de comunistas y antipatriotas, segun les convenia. Igualmente siempre cargo toda la responsabilidad de los hechos a las exigencias obreras descritas como inaceptables. De hecho, en la prensa de hoy en dia apenas se menciona la gran huelga de los Talleres Grivita de 1933, ni mucho menos la salvaje represion del gobierno.
77 años despues, el gobierno al servicio de los privilegiados esta imponiendo de nuevo una "curva de sacrificio" a los trabajadores del pais, para evitar que los causantes del desastre economico se hagan responsables de las consecuencias de la crisis. El descontento es también general, y ya se ha convocado una gran huelga general para el proximo 31 de mayo.
Sin embargo hoy los obreros rumanos no tienen un partido o un sindicato que les organice para defender sus intereses, ya que los medios de propaganda capitalistas se han encargado de desprestigiar el comunismo y atomizar a los trabajadores, y ha criminalizado a los partidos comunistas. Seguramente, porque todavia sigue temiendo el poder de las clases trabajadoras organizadas, por lo que combate con todos sus medios cualquier la ideologia comunista (no vaya a ser que el recuerdo haga que los explotados de hoy despierten de su sometimiento y retomen la lucha, cuanto menos para mejorar sus condiciones de trabajo, o para que los gobiernos no les hagan pagar la crisis provocada por los capitalistas, y quizas algun dia para recuperar el control de los medios de produccion y, por lo tanto, de su libertad).
En resumen, la situacion actual puede provocar que los narcoticos propagandisticos pierdan todo su efecto, y que el pueblo trabajador rumano comience a recuperar su dignidad, a organizarse como clase y con la misma con la que sus antepasados defendieron sus derechos contra los capitalistas explotadores.
Fuente: Un Vallekano en Rumania/ PrensaPopularSolidaria http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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