El centro de la ciudad de Bucarest estuvo completamente bloqueado el pasado miércoles, 19 de mayo. Fue el día en que los sindicatos organizaron la primera de las manifestaciones que vienen haciendo casi a diario en contra de las medidas del gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), hasta la huelga general del 31 de mayo, un día antes de la votación en el Parlamento del plan de ajuste.
Ese día no había transporte público en Bucarest, los trenes pararon, los profesores no fueron a la escuela, los hospitales solo atendieron las urgencias, y los funcionarios públicos de todas las administraciones no pasaron por su mesa de trabajo. Aunque en principio la convocatoria es general, se estima que fueron especialmente los empleados públicos los protagonistas de la huelga.
Los manifestantes corearon consignas como: “Estamos juntos, nos intentan dividir pero lucharemos juntos”, “Amenazan nuestro país”, “Ladrones, fuera ustedes, no nosotros”, “La sentencia del gobierno : vive si puedes”, o “Policía, a ti también te bajarán el sueldo”. Se vieron también muchos obreros llevando el retrato de Ceausescu y coreando la consigna “Con Ceausescu se vivía mejor”.
Se ha construido delante del palacio del parlamento un escenario con un par de alimentos básicos , que los sindicatos han llamado “la dieta del pobre”, queriendo de esta manera mostrar que es lo que comen los funcionarios (no todos , claro), los profesores, jubilados, etc.
El Gobierno asegura que los severos recortes en las ayudas sociales y en los sueldos del sector público son la única solución viable para el futuro del país. Aunque, en una entrevista para euronews, el representante del FMI para Rumanía Jeffrey Franks ha asegurado que estos recortes en gastos sociales son una decisión gubernamental. “Han sentido que los gastos estaban fuera de control y que la mejor forma de atacar el problema presupuestario es concentrarse en el lado del gasto. Fue su decisión”.
Desde que se anunciaron los recortes hace dos semanas, se han multiplicado las protestas, en un país donde el salario mínimo des de apenas 140 euros y la pensión mínima de 85, en la cola de la Unión Europea.
El FMI, que el año pasado concedió un crédito a Bucarest exige que el déficit de Rumanía no supere el 6,8%. El organismo imperialista asegura que sin recortes podría terminar en el 9%.
Los sindicatos no están de acuerdo con el durísimo ajuste que impone el FMI, y afirman que hay alternativas a las medidas gubernamentalesde reducción de salarios públicos y derechos sociales, y de despido de empleados de la administración, que es el camino más fácil y más perjudicial para el pueblo rumano.
De hecho, el recorte de gastos de representación, la reducción de Ministerios, y el control y limitación de las adquisiciones públicas y de los programas estrellas de algunos ministros, ahorraría mucho mas dinero que lo que va a conseguirse haciendo que los pensionistas y empleados públicos pasen hambre.
El miércoles anterior, 12 de mayo, los jubilados se manifestaron delante del mismo palacio, y el lunes 17 lo hicieron también numerosas madres, como protesta a la rebaja de la paga mensual por maternidad que el gobierno venia pagando durante los dos años de permiso maternal por cada hijo nacido.
En el colmo de los despropósitos, el gobierno rumano ha abierto una investigación contra las fuerzas de seguridad por no haber actuado con mano dura contra los ancianos que se manifestaban.
Fuente: Independencia y Socialismo_Partido Revolucionario de los Comunistas Canarios (PRCC)/PrensaPopularSolidaria
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Encuentro de Partidos Comunistas de América Latina
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*Importante y trascendental iniciativa de los comunistas peruanos*
*Artículo de El Comunista, edición de Mayo)*
*Organizado por el Partido Comunista Peruan...
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