Declaraciones del Presidium del Partido Comunista de la Federación Rusa
La reunión del Presidium del CC del PCFR ha tratado el asunto de la campaña anticomunista lanzada recientemente por ciertas organizaciones políticas de Europa.
El Secretario del CC del PCFR para las relaciones internacionales, Leonid Kalashnikov, ha realizado las siguientes declaraciones relativas a este nuevo episodio de la histeria anticomunista en Europa y Rusia:
Las campañas anticomunistas han tenido lugar en la historia moderna de Europa en más de una ocasión. Se ha ido conformando una especie de sector anticomunista “profesional” en la política europea; habitualmente se trata de representantes de antiguos países socialistas en los que el retorno al capitalismo ha supuesto graves problemas socioeconómicos.
Es bastante difícil proponer a la sociedad un programa positivo en tales circunstancias. Es mucho más sencillo volver al pasado, acusar a la Unión Soviética, ser “valiente” en la lucha contra los grandes personajes que ya no están, Lenin, Stalin, Thälmann, Dimitrov.
Para la mayoría de los regímenes políticos de Europa, el anticomunismo es la “gasolina” sin la cual no podrían funcionar. Hoy en día las autoridades europeas continúan con su línea dura contra el “fantasma” del comunismo. No hace mucho, el gobierno federal de Brandenburgo (Alemania) permitía demolir el monumento al destacado comunista y antifascista Ernst Thelman, situado en el sur de Berlín.
Bien, Hitler hubiera estado muy contento con la actuación de los actuales funcionarios alemanes. Mientras, en nuestro país ha tenido lugar recientemente una serie de explosiones de monumentos de Lenin. Las explosiones han estado tan bien organizadas que resulta evidente que nadie ha pretendido que las operaciones especiales pareciesen gamberradas de adolescentes. Por tanto, las autoridades están indicando muy explícitamente cómo la sociedad ha de tratar al comunismo.
Pero la “civilizada” Europa no se queda sólo en las acciones de vandalismo, sino que crea una teoría anticomunista a gran escala. Aún no hemos olvidado uno el episodio de la campaña anticomunista instigada por el memorándum “Sobre la necesidad de condena internacional a los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios”, que fue remitido a la Asamblea Parlamentaria del Consejo Europeo en 2005.
Como resultado del esfuerzo conjunto de los partidos comunistas y obreros de Europa, y con la participación activa del PCFR, la aprobación de los documentos anticomunistas fue detenida en ese momento. Pero desde entonces varios institutos europeos siguen desarrollando y aceptando todo tipo de textos que condenan al comunismo (totalitarismo, stalinismo), y en marzo de 2009 el Parlamento Europeo se ha vuelto a retratar: en las sesiones de Bruselas y Estrasburgo se celebraron audiencias sobre el tema “Conciencia europea y totalitarismo”.
La mayoría de los parlamentarios que tomaron la palabra (principalmente de países de Europa Oriental y la zona del Báltico) se mantuvieron firmes en la posición anticomunista: difamaron directamente a la Unión Soviética, distorsionaron su papel en la II Guerra Mundial e hicieron un llamamiento para que se revisara la historia europea de posguerra. El punto de vista de los pocos sensatos no fue tomado en consideración cuando se adoptó la siguiente resolución anticomunista.
Las generaciones descendientes de quienes deben a los comunistas su rescate de la plaga fascista están ahora igualdando a los comunistas con los nazis. No se podría imaginar una técnica más despreciable. El fascismo, monstruosa producción del capitalismo, y el comunismo, que a mediados del siglo XX era la única fuerza capaz de salvar al mundo de la peste fascista, se quiere ahora que jueguen en la misma liga.
Pero la condena del pasado no es el principal objetivo de los miembros del Parlamento Europeo, no es por ello por lo que se toman tantas molestias. La cuestión radica en que la aprobación de tales documentos da la posibilidad de perseguir a los comunistas de hoy y junto a ellos a todos los que de hecho luchan por los derechos del pueblo trabajador. La mayoría de la gente en Rusia no puede siquiera imaginar que en muchos países europeos considerados “democráticos” alguien pueda ser criminalizado por sus ideas comunistas.
El juicio a los comunistas húngaros por la utilización de los símbolos tradicionales, la estrella, la hoz y el martillo en la bandera, duró dos años. En Chequia, las autoridades judiciales han ilegalizado a la Unión de la Juventud Comunista por su rechazo a excluir de sus estatutos que la ideología de la Unión es el marxismo-leninismo. Las leyes penales de Polonia, Rumanía y Eslovaquia castiga la defensa del comunismo (junto a la del fascismo). Por tanto, es posible verse encarcelado por llevar la foto de Lenin o de Marx a una manifestación.
Ésta es la aclamada libertad burguesa: te permiten defender únicamente las ideas que no son dañinas para la clase dirigente. Nuestro partido siempre ha tomado parte activa en las campañas de solidaridad quienes son víctima de las cacerías anticomunistas en Europa. Es bastante lógico que la histeria anticomunista se exacerbe a medida que se desarrolla la crisis. Justo ahora la burguesía tiene miedo: el crecimiento del desempleo y el inevitable recorte en los salarios obligan a la población trabajadora europea a resisitr organizando acciones de protesta, y habitualmente los comunistas encabezan las protestas populares igual que lo hacen en Rusia.
Recientemente, las calles de muchos países europeos han sido escenario de enfrentamientos de las masas con la policía. Y además la crisis sólo acaba de empezar.Merece la pena señalar que a menudo los representantes de los partidos socialistas y socialdemócratas participan en la campaña anticomunista europea. En este sentido, el año pasado el líder del PCFR, Gennady Zyuganov remitió una carta al presidente de la Internacional Socialista, Georgeous Papandreou, en la que le recordaba que Hitler también inició sus masacres con los comunistas, pero posteriormente los socialdemócratas también fueron sus víctimas.
El socialista griego no encontró las palabras adecuadas para responder al líder del mayor partido comunista de Europa. A juzgar por algunas declaraciones de la Internacional Socialista, los socialistas y socialdemócratas europeos de hoy están listos para soportar el cambio climático antes que luchar contra el reforzamiento de la explotación y la arbitrariedad burguesa ante la crisis.
El PCFR va a continuar monitorizando la campaña anticomunista y reaccionando con dureza y rapidez ante cualquier manifestación anticomunista. En el futuro más próximo, pretendemos realizar consultas con los camaradas del extranjero en vistas a una coordinación de las acciones de respuesta a la histeria anticomunista. Ante la crisis económica creemos que es uno de los frentes de la lucha obrera mundial.
Fuente: KPFR/Kampuche Democrática/PrensaPopolarSolidaria
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