Por: Jerónimo Carrera
A primera vista, luce como una gran paradoja el hecho de tener ante los ojos de la humanidad entera, gracias a ese milagro tecnológico que es la televisión, un espectáculo de la categoría más que cinematográfica como el que se desarrolla actualmente por los contornos de la que los cristianos consideran “Tierra Santa”.
Allí tiene lugar desde hace ya unos cuantos años, y por motivos de difícil explicación, una de esas guerras llamadas religiosas que para nosotros los venezolanos parecen ser medioevales. Aunque se utilizan en ellas las armas y técnicas propias de los ejércitos de países muy avanzados, excepto y por buena fortuna para todos, el armamento nuclear de países más equipados tecnológicamente.
Si nos atenemos a los llamados medios informativos que tenemos en Venezuela, muy difícil nos resulta juzgar con precisión cuáles de esos pueblos son víctimas y los victimarios. Pero sí podemos tener la seguridad de que este conflicto es producto natural de la política belicista, y a escala mundial, de potencias del así llamado mundo occidental, encabezado por Estados Unidos.
La verdad evidente, para quienes no tengan prejuicios de ningún tipo, es que en esa parte del así llamado Oriente Medio, todavía predominan factores religiosos y étnicos tan fuertes que generan contiendas armadas, las cuales son estimuladas por traficantes de armas, yanquis en primer lugar.
Allí chocan los judíos, que ahora se denominan israelitas, con los árabes, que antes conocíamos como turcos porque toda esa zona estuvo bajo la dominación de Turquía hasta hace un poco menos de cien años, o sea hasta terminar la I Guerra Mundial en 1918.
Pero ha sido la poderosa influencia del movimiento sionista, la expresión más radical de una especie de racismo o nacionalismo de los judíos, que se inició hace cien años en Europa, el factor que ha generado una continua guerra contra los árabes por el control absoluto de la ciudad de Jerusalén.
Y detrás de ambos, tanto judíos como árabes, ha estado y sigue estando la influencia de las grandes potencias mundiales, durante los largos años de la llamada “guerra fría” y todavía ahora, pero con el predominio en la actualidad de los intereses de industria armamentista de Estados Unidos.
Lo triste es que ante tan inhumano espectáculo, de una continua matanza de seres humanos por motivos que seguramente ellos mismos no alcanzan a comprender, el resto de la humanidad permanece casi podemos decir que gozosa, aplaudiendo a un bando o al otro.
Si en alguna parte de nuestro mundo actual ha quedado expuesta en evidencia la inutilidad de la ONU, como el organismo de mayor responsabilidad en la preservación de la paz internacional, es allí en el Oriente Medio con el caso de Israel y Palestina.
Lo he escrito aquí otras veces, en tal situación un país como Venezuela puede desempeñar un gran papel, diplomáticamente, si toma una posición de neutralidad activa, convocando de inmediato una conferencia internacional, a celebrarse en Caracas, con un buen grupo de personalidades árabes y judías que sean favorables a la solución pacífica, y permanente, de tan trágico conflicto.
En estas dolorosas NAVIDADES belicosas que los imperialistas le quieren brindar a la humanidad, Venezuela puede hacer ahora este gesto de humanismo revolucionario. Y ojalá que lleguen mis palabras aquí emitidas hasta el presidente pro tempore que ahora tenemos los venezolanos, Nicolás Maduro, quien así podrá el año entrante ser fuerte candidato para recibir el Premio Nobel de la Paz, creo yo.---
Fuente: PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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Hace 6 años
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