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| Camila Vallejos, desde su militancia comunista (JJ.CC.) encabeza anhelos de su pueblo | 
La dirigente estudiantil de militancia 
comunista que comienza a concitar expectación universal por la 
coherencia y la simplicidad del discurso, ha planteado como nadie lo 
había hecho en Chile...
Santiago de Chile, 23 ago. 2011, Tribuna Popular TP.-
 La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de 
Chile (FECH) Camila Vallejo se convierte en el símbolo del nuevo 
vanguardismo político en Chile y por qué no en la región. La 
movilización estudiantil que lleva más de tres meses prosigue y el 
Gobierno continúa contrayendo el debate y las negociaciones. Como en los
 mejores tiempos de la dictadura amenaza con más represión enviando 
mensajes de colocar soldados en la calle si las movilizaciones 
continúan. 
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| Camila Vallejos, líder del movimiento estudiantil chileno y latinoamericano | 
La dirigente 
estudiantil que comienza a concitar expectación universal por la 
coherencia y la simplicidad del discurso, ha planteado como nadie lo 
había hecho en Chile, desde una plataforma pública de dirigente, las 
reformas profundas pendientes después de 20 años de democracia post 
dictadura. Estas reformas son centrales en el discurso de una líder que 
emerge a paso seguro, a pesar del acoso para desinstalarla de la 
visibilidad pública y destruirla como líder por una poderosa liga de 
medios. Camila Vallejo Dowling envía señales para una forma de 
vanguardia política que no existía desde los tiempos de dictadura. Es 
así no más y como la dirigente es comunista, el nicho del anticomunismo 
chileno que ha sido rentable revive y se revuelca como en los mejores 
tiempos de los años 70 y 80.
Con su 
discurso levantando temas que tienen un respaldo en la población, ha 
puesto el dedo en la llaga y ha instalado definitivamente en la agenda 
política las reformas al modelo neoliberal, que en el fondo es llamado 
así como una argucia conservadora mal usando el término liberal, para 
mantener los elementos más oscuros del capitalismo: sin justicia social y
 una democracia administrada por el gran capital.
Su emergencia de líder con 
lenguaje propio, aunque representando un interés colectivo, demostrando 
una notoria independencia política inclusive de su propio partido, (el 
comunista), incomoda a aquel sector de la elite política asociada a la 
defensa del modelo chileno de economía.
Desde
 su plataforma de dirigente estudiantil del actual movimiento por la 
reforma a la educación, ha planteado una serie de propuestas que inciden
 en el modelo de desarrollo del país, y que los políticos han sido 
incapaces de debatir con amplitud y menos implementar después de 20 años
 de recuperación de la democracia.
Ha 
levantado temas en medio de la crisis política que vive el país, y que 
la elite política más dominante se ha mostrado reacia a colocar en la 
agenda de las urgencias. Por más de 20 años se ha negociado para 
mantener el status quo y no desbalancear todo aquello que protege un 
sistema que ha sido muy rentable para las empresas transnacionales y un 
grupo de 20 grupos empresariales en Chile. En una entrevista para el 
diario El Tiempo de Bogotá, publicada el 14 de agosto, Camila Vallejo 
hace una suerte de emplazamiento tanto al gobierno como a la oposición, 
por no haber sido capaces de elevar el debate sobre las reformas 
esenciales del período post dictadura.
“Dentro
 de este movimiento, hay una fuerte aspiración democratizadora: en Chile
 la gente cree que es necesario reformular y profundizar nuestra 
democracia, porque hay muchas barreras institucionales que no nos 
permiten avanzar en reivindicaciones importantes para el pueblo chileno,
 que la salud no vaya por la vía de la privatización, cambiar el sistema
 electoral, dignificar al trabajador… El punto central es la 
recuperación del derecho a la educación pública y de calidad. Y eso se 
traduce, en primera instancia, en un cambio constitucional, en el cual 
el Estado, además de garante de la educación, sea responsable y 
proveedor de la misma, porque la Constitución que nos heredó la 
dictadura de Pinochet puso esa responsabilidad en las familias chilenas,
 y nosotros consideramos que se trata de un derecho fundamental que el 
Estado debe garantizar.”  (Camila Vallejo)
.
Los
 defensores del ajuste estructural permanente, es decir, más 
mercantilización con más privatizaciones y menos estado con regulación y
 más participación en el bienestar, han sido por primera vez removidos 
de sus delicadas poltronas, y han tenido que reconocer la falla más 
profunda del modelo: la falta de un sistema político que lo legitime. 
Solo fue posible que una nueva generación de dirigentes estudiantiles y 
de gremios les dijeran que se estaban quedando sin representación que no
 sean sus bancos, sus instalaciones y sus medios.
Esta
 elite política, cada vez más desconcertada y angustiada por el fracaso 
del modelo, no acepta la posibilidad de plebiscitar una reforma que 
permita revertir un sistema en el despeñadero. Todavía más, la postura 
que lidera Camila Vallejo de plebiscitar un proceso de reformas que 
incluya la cuestión tributaria, un nuevo sistema electoral, nuevas leyes
 laborales y un rol de mantención de los equilibrios para el estado, 
(todas asociadas a la mejoría de la educación), ha colocado a un sector 
de la política (liderado por el senador de la democracia cristiana 
Andrés Zaldivar), en consonancia con algunos dirigentes estudiantiles 
opuestos a iniciar definitivamente las reformas pendientes.
Camila
 Vallejo ha debido enfrentar resabios de machismo en algunos casos y en 
otros casos elementos de la contra corriente de la elite política, que a
 toda costa impide la instalación de una vanguardia. No podía ser de 
otra forma. Frente a la sequedad y opacidad del camastro de líderes 
políticos en la sociedad chilena, el nuevo aire para iniciar reformas 
pendientes desde hace más de tres décadas que proviene de la presidenta 
de la FECH, había que consumirlo como sea y su figura aplastarla a toda 
costa.
Este clima se observa en la 
escritura política del escritor y embajador chileno en Francia Jorge 
Edwards con su elegancia inocua y fatigada. Su interpretación del actual
 movimiento estudiantil como que fuera “demasiado serio”, en comparación
 con los movimientos del Paris 68 de “soñadores y lúdicos”, (La Segunda,
 diario vespertino chileno) es una mofa desfachatada frente a la 
necesidad nacional por una reforma, y expresión de un conservadurismo 
excesivo. La ausencia de un marco claro, para entregar una 
interpretación del movimiento en una mayoría de los 25 entrevistados en 
el mismo medio, es expresión de conservadurismo en el análisis.
Y
 atención, frente al nerviosismo de la elite por le emergencia de esta 
nueva líder, el tema siempre es otro. Las sucesiones de gobernantes 
sufren cada vez más del embate de la globalización que no acepta 
estadistas sino que administradores de consorcios territoriales a lo que
 han llegado una buena cantidad de naciones. Es el viejo proyecto de 
Jacques Maisonrouge el célebre líder de la IBM de los años 70, en cuanto
 a crear una fábrica planetaria sin ataduras burocráticas y políticas, 
con una república planetaria única y global concebida para ser dirigida 
por administradores. La decadencia en el nivel de estadistas es un rasgo
 de la globalización. La pregunta es gobernar qué. ¿La mantención del 
sistema tal como está, o su transformación? Camila tiene su respuesta 
con direccionalidad y simplicidad.
Fuente: PrensaPCV/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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