El 5 de marzo de 1953 muere uno de los revolucionarios más avanzados de la clase obrera, un comunista que retomó el legado del movimiento revolucionario internacional y los grandes aportes de Marx, Engels y Lenin para concretar el proyecto de emancipación social del proletariado y los pueblos de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
De más está aclarar que tampoco fue obra de un solo hombre, esa que a la fecha ha sido la más grande experiencia del poder proletario en el mundo. Sin embargo, los bolcheviques encontraron en el Camarada Stalin a un hombre perseverante, abnegado, preclaro en el rumbo revolucionario por que había de transformar a la Rusia mísera en el país floreciente de los trabajadores.
Los hechos, las grandes transformaciones sociales por las que pasaron los pueblos bajo la dirección de los bolcheviques y el Camarada Stalin al frente de ellos, constituyeron una grave amenaza para los imperialistas y la burguesía de todo el mundo, y por ello fueron el centro de la calumnia, el odio y la agresión, mismas que vemos a diario hoy para hacernos olvidar las posibilidades y necesidad de la revolución proletaria.
No podría ser de otra forma, especialmente el uso que hacen los imperialistas de las dificultades que tuvo que afrontar el movimiento revolucionario en Rusia, los problemas con las tendencias derechistas que aprovechando diversas problemáticas difundían y practicaban un estilo de trabajo predispuesto a retornar a la acumulación capitalista, a la vida burguesa, esforzándose en todo momento por debilitar el proceso de construcción del socialismo.
Evidentemente muchas de las condiciones de retorno al capitalismo que los pueblos del mundo vimos en medio de una inmensa ofensiva reaccionaria, subsistían inevitablemente porque la existencia de las clases sociales y la lucha de clases se mantenían en los escenarios, en toda la historia de la URSS. El Partido comunista, la clase obrera, Stalin en ese entorno persistieron en la importancia de hacer avanzar las tareas constructoras del socialismo, tuvieron que combatir en todos los frentes que se abrían, desarrollando una amplia panorámica de la táctica leninista en los terrenos nacionales e internacional.
Pero bien sabemos que los elementos de la táctica siempre están sujetos a los diversos escenarios, que en el transcurso de la lucha muchas cuestiones pueden cambiar y en diversa medida sus efectos no llegan a corresponderse con las tareas, que en la misma medida las bases materiales y las clases explotadoras bien pueden utilizar en su favor cualquier situación para reposicionarse en la lucha.
Por ello las enseñanzas tácticas de los bolcheviques y Stalin en particular, siempre deben corroborarse con la experiencia práctica, enriquecerse y desarrollarse al calor de los nuevos combates de clase que se desatan en nuestro entorno, es en éstos donde podemos rescatar en toda su valía esas experiencias históricas de la clase obrera, recategorizando las aportaciones de éste comunista avanzado, clásico del marxismo-leninismo, representante de los proletarios, cuya historia está indisolublemente ligada al progreso de la táctica de Frente Único, el antiimperialismo, el antifascismo y la lucha por el socialismo.
Ahora la burguesía busca perseguir a sus enemigos de siempre con el argumento de ser stalinistas. De ello, en nuestro país los obreros y los campesinos pobres, los jóvenes y las mujeres bien nos damos cuenta con la propaganda de los explotadores, que para éstos no hay pecado mayor que luchar contra la propiedad privada, que no hay amenaza más grande que pugnar por la destrucción de su Estado, contra los que José Stalin dedicó su obra.
Fuente:Vanguardia Proletaria./PrensaPopularSolidaria
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