Por: Jürgen Lloyd,
Director del Colegio ‘Karl Liebknecht’
Traducciòn por Tucholskyfan Gabi.
Para el Blog del Viejo Topo
Para el Blog del Viejo Topo
Cuando
a mediados de los años ochenta, al iniciar mi andanza participando activamente
en el movimiento antifascista y haciéndome socio de la asociación de las
personas perseguidas por el régimen nazi,
Alianza de los Antifascistas [VVN-BdA por sus siglas en alemán],
ello no recibió la aprobación de la dirección de mi partido, el SPD, que ya en 1948 había determinado su incompatibilidad con la VVN, un acuerdo que años más tarde, al cabo de 62 años, fue anulado. No obstante, entré a participar en dicha asociación donde me encontré con compañeros comunistas; como fueron el sindicalista y antifascista Hein Kolberg de Aquisgran, recientemente fallecido; Hartmut Meyer, entonces jefe de la comisión neofascista dentro de la VVN de Renania del Norte Westfalia; o bien Jupp Angenfort, quien era nuestro dirigente regional.
Por ellos, pude experimentar la fuerza orientadora, la fuerte orientación que estos comunistas nos venían ofreciendo mediante su ideología y cosmovisión científica. Y eran unos científicos marxistas – aquí sólo menciono a Kurt Gossweiler de la RDA y Reinhard Opitz de la RFA – quienes elaboraban un perfil exhaustivo del fascismo, representando no solamente aspectos y fenómenos aislados, sino facilitando nuestra comprensión integral de lo que el fascismo había sido en su conjunto y de cómo debemos incorporar la lucha contra él según el progreso histórico en cada momento.
Alianza de los Antifascistas [VVN-BdA por sus siglas en alemán],
ello no recibió la aprobación de la dirección de mi partido, el SPD, que ya en 1948 había determinado su incompatibilidad con la VVN, un acuerdo que años más tarde, al cabo de 62 años, fue anulado. No obstante, entré a participar en dicha asociación donde me encontré con compañeros comunistas; como fueron el sindicalista y antifascista Hein Kolberg de Aquisgran, recientemente fallecido; Hartmut Meyer, entonces jefe de la comisión neofascista dentro de la VVN de Renania del Norte Westfalia; o bien Jupp Angenfort, quien era nuestro dirigente regional.
Por ellos, pude experimentar la fuerza orientadora, la fuerte orientación que estos comunistas nos venían ofreciendo mediante su ideología y cosmovisión científica. Y eran unos científicos marxistas – aquí sólo menciono a Kurt Gossweiler de la RDA y Reinhard Opitz de la RFA – quienes elaboraban un perfil exhaustivo del fascismo, representando no solamente aspectos y fenómenos aislados, sino facilitando nuestra comprensión integral de lo que el fascismo había sido en su conjunto y de cómo debemos incorporar la lucha contra él según el progreso histórico en cada momento.
Todo
ello ayudó a que, dentro de este movimiento antifascista, yo comprendiese qué
significado y alcance tiene el interpretar la Historia como Historia de las
luchas de clase; la importancia que tienen el concepto marxista de clase y el
análisis leninista del Imperialismo para poder determinar y señalar con
exactitud el fascismo como nuestro enemigo común.
En
las biografías de muchos de nosotros, el antifascismo jugaba un papel importante, y ejercía su
influencia en las respectivas trayectorias de cada uno de nosotros hacia el
movimiento comunista. Pienso que no hay camarada en nuestro
partido para quien el antifascismo no fuera determinante de un modo u otro para que
encontraran su camino hacia el partido comunista. Si bien existen biografías
individuales muy diversas, este factor siempre figura entre los motivos, por lo
que sabemos y expresamos: que el Partido Comunista de Alemania_DKP siempre ha sido un partido antifascista y
que jamás podrá ser otra cosa.