Por: Ricardo Arturo Salgado
Y después de la reunión de Clinton hoy ¿qué podemos esperar? ¿Se termina el “asunto hondureño”?
A lo largo de esta gesta histórica del pueblo hondureño nos hemos podido percatar que lo que hace noticia son los personajes y sus reacciones, el accionar de los pueblos no es noticia. Hemos visto como se ha ido desvaneciendo la noticia sobre Honduras, y se reaviva ocasionalmente cuando se producen actos de represión. Hoy la atención está sobre Hillary Clinton y su reunión con el presidente Zelaya.
No sabemos que va a decir esta señora, aunque estamos seguros de que tratará de evitar la contundencia que hace falta para desarticular el golpe de estado. Es posible que siga hablando del Plan Arias, aunque los golpistas se ríen de esta iniciativa. Y se ríen, porque el propósito es darle tiempo al régimen para que pueda consolidarse.
Ahora que sesenta y ocho días de resistencia no han permitido la consolidación fascista en el gobierno, no gracias a el apoyo internacional, sino a pesar de este, la ingobernabilidad en el país, es algo que los estados Unidos han optado por ignorar (de hecho su embajador ha estado solamente 3 días de los últimos 45 aquí en Honduras), pero mantiene un monitoreo constante de la situación para su uso interno.
Desgraciadamente, para muchos países como el nuestro el peso de la injerencia de los Estados Unidos tiene un peso específico casi definitivo. Es como si estuviéramos condenados a que estos halcones decidan nuestro futuro eternamente, y que ese yugo es casi mitológico porque mientras más nos acercamos a la liberación mas nos estrangula.
Hay muchos en el mundo que ahora piensan que el futuro de Honduras se decide hoy en Washington, a pesar de que sabemos que la decisión que se tome en ese lugar estará sesgada a favor de los que siempre nos han oprimido y explotado.
Aquí entonces surge la pregunta ¿qué pasará después de hoy? ¿Qué pasara después de lo que diga Clinton?; ¿se acaba hoy la resistencia? Los escenarios posibles no nos indican que la señora Clinton vaya a ayudar mucho a la causa popular, pero esto no quiere decir que ella va a poder lograr la desmovilización de la resistencia.
La importancia de lo que sucede aquí se define muy bien por el creciente movimiento social que busca una nueva nación, que sea capaz de equiparar nuestras posibilidades con la de los hermanos en cuyos países se llevan a cabo procesos revolucionarios. Es un deseo mayor de los hondureños poder encontrar un camino de justicia verdadera; de oportunidades, de solidaridad, de lucha, de reivindicaciones.
Hoy estamos en una situación en la que incluso los golpistas hacen movidas bajo la mesa para persuadir a dirigentes populares a participar en el circo electoral de noviembre. El candidato independiente, y líder sindical histórico Carlos H. Reyes, ha recibido en su lecho de enfermo chocolates de Antonio Tavel Otero (gerente General de TIGO, Millicom en este país), y ayer el mismísimo Carlos Flores Facussé (ex presidente de la república y arquitecto del golpe) llamó a su casa aunque no pudo hablar con Reyes. El propósito de la llamada lo dejamos a la imaginación de los lectores.
El objetivo de reinstalar el orden constitucional es una condición innegociable para la participación de Reyes en las elecciones; y esto pasa por la reinstalación de Zelaya en la presidencia. Para Carlos H. Reyes, candidato de la izquierda, no es muy atractivo entrar en un proceso que justifica la ilegalidad para remover presidentes.
Un análisis rápido nos indica que en las condiciones actuales el proceso electoral solo servirá para radicalizar el proceso, y justificar un rearme general de las Fuerzas Armadas con fines represivos. El compañero Andrés Pavón, presidente del comité para la defensa de los derechos humanos en honduras (CODEH), advertía ayer sobre una reactivación real y comprobable de los escuadrones de la muerte, y la tendencia de un sector del régimen a buscar perpetuarse en el poder.
Este es, palabras mas, palabras menos, el escenario en que se encuentra Honduras hoy, 3 de setiembre antes de la decisión de Clinton.
Mientras tanto, la consigna del frente es organizar la resistencia en todos los niveles de la sociedad; formar comités departamentales, municipales, de barrio, etc. Se busca consolidar una estructura que sea capaz de permanecer movilizada para defender los intereses populares.
Desde aquí, a pesar de que valoramos la influencia del imperio sobre las fuerzas que ocasionaron el golpe fascista, y su capacidad de presionarlos, no concentramos nuestras expectativas en lo que haga o deje de hacer el departamento de estado.
Es posible que no seamos tan atractivos desde el punto de vista noticioso como la señora Clinton, pero la verdad es que después del golpe estaremos siempre en marcha, buscando victorias; conquistando espacios; luchando por un mundo mejor.
No tratamos de ser retóricos, ni aplicarle drama a la situación en honduras; esta es, más o menos, nuestra realidad hoy. Aquí se trata de ellos (los golpistas) buscando destruirnos como sea (ahora mismo escucho por la radio noticias de la militarización de un colegio de secundaria en el paraíso); y por el otro nosotros (la resistencia) luchando contra esta derecha que no cesa en su empeño de sojuzgarnos, hasta el limite de nuestras fuerzas.
Agradecemos la solidaridad de los pueblos del mundo, recordando siempre al Guerrillero heroico: “somos uno porque América es una”.
Fuente: PrensaPopularSolidaria-ComunistasMiranda (PPS_CM)
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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