Por:G. Rumiche
Hoy
es 21 de diciembre; una fecha muy especial para todos los
revolucionarios y pueblos del mundo. Se cumplen nada menos que 130 años
del nacimiento de Joseph Stalin; el gran revolucionario y dirigente del
primer país socialista en el mundo: La Unión Soviética. |
Stalin
fundamentó el leninismo como una nueva etapa de desarrollo en la
doctrina marxista; apoyó las luchas revolucionarias de los pueblos
(España y China son un ejemplo claro); fortaleció la unidad del
movimiento comunista internacional; luchó contra toda corriente ajena y
detractora del marxismo-leninismo, tanto al interior como al exterior
del movimiento obrero, libró la gran guerra patria antifascista en la
segunda guerra imperialista mundial, con cuyo triunfo, no sólo se colocó
a la vanguardia de los países amantes de la paz mundial; sino que
encumbró el prestigio del socialismo a un nivel sin precedentes muy por
encima del capitalismo; y en suma
A
Stalin pues, le correspondió continuar la gran labor de Lenin, como
jefe de los obreros y campesinos explotados bajo la autocracia zarista,
artífices de la Gran Revolución de Octubre y de la instauración de un
nuevo Estado de Dictadura Proletaria con cuyo poder facilitó el
alumbramiento de la nueva sociedad. Así Stalin contribuyó también al
aplastamiento del sabotaje y la contrarrevolución de los reaccionarios y elementos antisocialistas en su pretensión de ahogar la recién nacida revolución socialista.
Tamaña
labor sólo fue posible por una firme y enorme convicción de servir al
pueblo, de servir a la humanidad. Ya Mao comentaba en el mismo curso de
la guerra de liberación del pueblo chino al valorar la solidaridad
internacionalista de la Unión Soviética: “Felicitar a Stalin no es
una formalidad. Felicitar a Stalin es apoyar su causa, la victoria del
Socialismo y el rumbo que él señala a la humanidad, significa apoyar a
un amigo querido. Pues hoy la gran mayoría de la humanidad está
sufriendo y sólo puede liberarse de sus sufrimientos siguiéndole rumbo
señalado por Stalin y contando con su ayuda” .
Hoy
en día –en este aspecto– la situación no es muy distinta que la de
aquellos años, puesto que el sistema capitalista no ha podido
demostrarle al mundo ser una viabilidad efectiva para la liberación de
las fuerzas productivas y el goce pleno de las capacidades espirituales y
materiales del hombre. Muy todo lo contrario; con la contradicción
irreconciliable entre el capital y el trabajo en su seno y con su fase
más avanzada y final del imperialismo, le demuestra al mundo que éste
sólo puede regenerarse a través de crisis cíclicas y de una mayor
explotación sobre las clases trabajadoras. La actuación de los
revolucionarios –socialistas proletarios– en el siglo XXI en ese sentido
reviste un papel decisivo.
¿Cómo
entonces, los socialistas proletarios podrán emprender la lucha contra
el capitalismo imperialista mundial en las actuales condiciones? ¿Cómo
podrán asimilar, defender y desarrollar la doctrina revolucionaria del
socialismo científico en el presente siglo XXI? ¿De qué forma asimilarán
mejor las lecciones y los errores del propio socialismo en el siglo XX
en función de la emancipación de los pueblos oprimidos en el presente?
¿Cómo podrán luchar mejor contra la propia influencia burguesa en el
seno del movimiento proletario que se manifiesta como oportunismo? ¿Cómo
podrán orientar las luchas del proletariado en función de la conquista
del poder? He aquí en dónde la experiencia de la construcción del
socialismo en el siglo XX -y del papel histórico jugado por Stalin-
servirá como invalorables fuentes de enseñanzas para el cabal
cumplimiento de las tareas de los revolucionarios del mundo.
II
L
|
as
anteriores son suficientes razones para que el papel histórico del
camarada Stalin como jefe del país del socialismo, de la dictadura del
proletariado y la construcción del nuevo orden social en un solo país
haya dividido y siga dividiendo la opinión entre las distintas clases
sociales y sus respectivos representantes políticos e ideológicos;
siendo en este sentido, por un lado, profundamente querido por los
obreros, los comunistas y los revolucionarios honrados del
mundo, y por otro lado, odiado a muerte por todos los reaccionarios, la
burguesía imperialista y el oportunismo de todo matiz
La
burguesía imperialista nunca ha escatimado esfuerzos para inundar el
planeta con propagada negra contra la figura de Stalin, presentándolo
así como “un vil asesino”, un “tirano” y otras supercherías más. En el
fondo sueñan con pretender tapar el sol con un dedo; esto es,
tergiversar la gloriosa historia de la revolución de Octubre y de la
construcción del socialismo; del papel jugado por Stalin y el mismo Lenin.
De allí que el oportunismo internacional siempre se haya sumado
al sucio ataque burgués contra Stalin. Desde el trotskismo hasta el
revisionismo contemporáneo de los dirigentes soviéticos representados en
la camarilla de Jruschov, el oportunismo ha adoptado diversos matices
para arremeter contra la construcción del socialismo y su dirigente; el
camarada Stalin, pretextando con esto una supuesta lucha contra el
“culto a la personalidad”.
Sin
embargo es evidente que Stalin se encuentra cada vez más en el corazón
de los pueblos del mundo, y éstos rechazan todas las calumnias que
contra él han hecho los imperialistas y oportunistas de diversa calaña.
Los marxistas-leninistas-maoístas buscan la verdad en los hechos y
en ese sentido conciben a la doctrina socialista como una doctrina
crítica y revolucionaria a la vez.
Es por esto que se esfuerzan por
aplicar una correcta valoración respecto al papel jugado por Stalin en
la historia de la revolución proletaria; colocando en primer lugar la
defensa y el reconocimiento de los aportes de Stalin al tesoro general
del marxismo y como maestro del proletariado internacional; y en segundo
lugar; resaltando y aprendiendo, ciertamente, de los errores que
cometió, en función de la capacitación ideológica y política de la clase
obrera mundial.
Bien señalaron entonces los comunistas chinos cuando afirmaron que: “…Al defender a Stalin, el PCCh defiende su aspecto correcto, defiende
la gloriosa historia de lucha del primer Estado de dictadura del
proletariado del mundo nacido de la Revolución de Octubre, defiende la
gloriosa historia de lucha del Partido Comunista de la Unión Soviética, y
defiende el prestigio del movimiento comunista internacional entre
todos los trabajadores del mundo.
En una palabra defiende la teoría y la
practica del marxismo-leninismo. No sólo proceden así los
comunistas chinos, sino también han procedido o proceden de la misma
manera todos los comunistas fieles al marxismo-leninismo todos los
revolucionarios firmes y todos los hombres honrados…Al defender a
Stalin, no defendemos sus errores”
Y
en esto reside la crítica marxista. Al mismo tiempo que los aportes de
Stalin, los errores que cometió tuvieron cierta influencia en el propio
seno de la clase obrera y demás clases sociales. Stalin cometió algunos
errores de apreciación durante la construcción e industrialización socialista; poniendo en primer lugar los cuadros y la tecnología por encima de “la política al mando”
y del papel motriz de las masas. Asimismo, en la lucha tanto dentro
como fuera del Partido, en algunos casos, Stalin no distinguió los dos
tipos diferentes de contradicciones – la contradicción entre nosotros y
el enemigo y las contradicciones en el seno del pueblo– y
consecuentemente los distintos métodos para resolverlas.
Así, en la
tarea de combatir a los contrarrevolucionarios, es cierto que se
castigó con justicia a un gran número de éstos, pero al mismo tiempo se
cometió el error de ampliar la represión hacia elementos que no lo
merecían. Y a su vez, también en materia de organización, Stalin no
aplicó consecuentemente el principio del centralismo democrático y por
ende ocasionó ciertos problemas en la tarea de la centralización de las ideas correctas y de una certera construcción partidaria en los aspectos ideológicos, políticos y orgánicos.
Pero
no obstante, y en suma, tal como señalaron los comunistas chinos en su
defensa de Stalin y polemizando contra los revisionistas contemporáneos,
la obra de éste comprende tal magnitud:“…Lenin señaló más de una
vez que los marxistas diferían totalmente de los revisionistas de la II
Internacional en la actitud que tomaban hacia personas como Bebel y Rosa
Luxemburgo, quienes, a pesar de sus errores, fueron grandes
revolucionarios proletarios…
A este respecto, Lenin citó una fábula rusa
para ridiculizar a los revisionistas: "Ocurre que las águilas descienden
más bajo que las gallinas; pero éstas nunca se elevan como aquellas."…
Bebel y Luxemburgo fueron "grandes comunistas" y, a pesar de sus
errores, siguieron siendo "águilas", mientras los revisionistas eran una
parvada de "gallinas" "en el traspatio del movimiento obrero, en medio
de un montón de estiércol…El papel que desempeñaron Bebel, Luxemburgo y
otros en la historia está lejos de ser comparable con el de Stalin”
En
este mismo estilo, marxista-leninista, procedió nuestro amauta, José
Carlos Mariátegui, el gran maestro como los revolucionarios en el Perú
lo saben, cuando alguna vez distinguiendo entre la crítica oportunista y
pequeño burguesa y la crítica marxista, proletaria, enseñaba que: “…Una
obra finalmente, se juzga, por sus elementos positivos, creadores,
esenciales, afirmativos. Este es siempre el juicio de la historia y de
la opinión. Pertenece al espíritu pequeño burgués de los críticos
orgánicamente individualistas, secesionistas y centrífugos, el juicio
-muy criollo y limeño tal vez, de juzgar una obra por sus elementos
pasivos, subsidiarios, formales o episódicos"
A
Stalin pues le correspondió el papel de gran dirigente de la dictadura
del proletariado, de la construcción del socialismo e incluso del
movimiento comunista internacional durante una determinada época
histórica: La del ensayo general de la revolución proletaria durante la
instauración del primer Estado Socialista en el siglo XX. Así, la
correcta apreciación y valoración de la obra de Stalin no puede menos
estar en función para la preparación de las herramientas intelectuales y
espirituales del proletariado en el cumplimiento de su misión
histórica, de llevar adelante la realización del socialismo científico
en el siglo XXI.
¡Viva la teoría revolucionaria y emancipadora
de Marx-Engels-Lenin-Stalin y Mao!
¡Abajo el capitalismo agonizante!
¡Viva el papel dirigente del Socialismo Científico, en el Siglo XXI!
Fuente: De Envíos a Nuestro Correo/Prensa Popular Comunistas Miranda
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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