Por: Jerónimo Carrera
Al comenzar el presente año 2011 muchos somos los venezolanos que, por razones diversas, nos hemos puesto a meditar sobre el peculiar mes de enero que para nuestro país resultó el de 1958.
En efecto (y tal como nos había sucedido cuando en diciembre del año 1935 la muerte nos liberó del déspota Juan Vicente Gómez, tras de 27 oprobiosos años que le merecieron a Venezuela nada menos que el ser calificada como “la vergüenza de América”), fue un enero que nos trajo grandes esperanzas con la caída de la dictadura conocida como “perez-jimenista”, aunque en realidad era siempre la misma dictadura que los monopolios petroleros yanqui-británicos instalaron aquí desde comienzos del siglo XX.
En mi opinión, la lección que se desprende de todo esto es que la clase explotadora bien sabe montar un teatro en esas situaciones. Cambia los actores, es cierto, pero la obra es siempre la misma. Lo que ahora es importante para nosotros, en el Partido Comunista, precisamente es analizar los tremendos errores que cometimos aquel enero, por falta de preparación ideológica, es decir, de estudio y asimilación del marxismo-leninismo.
Nuestros dirigentes sin duda que habían cumplido una magnífica labor en la clandestinidad, con gran valentía personal, mientras que los de AD y URD -que no vale la pena ni mencionar los de COPEI- todos se habían ido de Venezuela para gozar de la protección de los yanquis. Sin embargo, a los nuestros nunca se les ocurrió que el PCV podía llegar en una ocasión propicia a tomar el poder.
Esa gran ocasión la tuvimos en enero de 1958, cuando el PCV fue el motor de la insurrección popular triunfante, y dejamos pasar el tren de la revolución sin el menor intento nuestro de abordarlo. Esa es una gran verdad, y autocríticamente debemos reconocerlo así. Para estudiar esta experiencia, es recomendable leer materiales básicos tales como son los documentos del III y IV Congresos del PCV, celebrados en marzo de 1961 y, diez años después, enero de 1971, ambos en condiciones de legalidad.
Allí hay asomos de autocrítica, pero muy leves. Deberíamos ya entender que un partido marxista-leninista se crea con un propósito fundamental, que es la toma del poder político para desarrollar una economía que nos lleve al socialismo y luego al comunismo.
P.S.- Por un injustificable error mío, en esta columna la semana pasada escribí “la dictadura perez-jimenista que habían implantado acá los monopolios petroleros yanqui-británicos con un golpe de Estado, en 1945, contra el gobierno liberal del general Medina Angarita.”
Fue esa una tremenda síntesis, no hay duda, ya que el golpe de Estado de 1945 contra Medina lo dio el partido de Betancourt, o sea Acción Democrática, conjuntamente con Pérez Jiménez y otros militares, todos auspiciados desde Washington para iniciar aquí la fanática política anti-comunista de “guerra fría”, de la postguerra. Y luego, como es sabido, esos mismos militares les dieron una patada a los adecos para ponerse a mandar directamente ellos.
Otro P.S.- No quiero dejar pasar sin mencionar el magnífico acto que el PCV celebró el sábado 22 de enero, en el Teatro de su Edificio Cantaclaro, en Caracas, relativo a las jornadas de Enero de 1958. A sala llena, allí tuvimos a muchos amigos, entre los cuales varios diplomáticos. Como oradores, intervenciones muy aplaudidas de los profesores Vladimir Acosta y Chela Vargas, y me correspondió hablar a nombre del PCV, cuyo Comité Regional tuvo a su cargo la convocatoria y lo representó el camarada Yul Jabour. Jerónimo Carrera
Fuente: PrensaPopularSoliodaria
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Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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