Por: Edgard Melèndez En la ciencia revolucionaria y los Partidos Comunistas, es una cuestión muy relevante la comprensión y dominio pleno del término «Clase Obrera», concepto medular para el marxismo-leninismo.
Su importancia resulta de que en torno a este sujeto social gira toda la construcción científica sobre la posibilidad real y concreta de la trasformación revolucionaria de la sociedad.
Y tan medular es que no en balde, la burguesía y sus aparatajes ideológicos –apoyados en extensas construcciones teóricas seudocientíficas como las que esgrime Toni Negri–, ha pretendido sembrar la idea de que la clase obrera, si existió, está extinta, cuestión que debe ser refutada con argumentos que vayan más allá de las consignas como bien lo hace el camarada Peter Mertens, Presidente del Partido del Trabajo de Bélgica en su libro “La clase obrera en la era de las multinacionales”.
Para comprender qué es la clase obrera, es fundamental una aproximación a la definición de la categoría de «clase social» que parte del reconocimiento de la división de la sociedad entre explotados y explotadores, es decir, entre quienes producen la riqueza y quienes se la apropian.
Aunque esta primera aproximación a la definición de clase social ya nos da una clara ubicación de su relación con lo económico, es aún muy insuficiente.
Vale la pena recordar que en el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels resaltaron: “Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre”.
En el documento “El trabajo del PCV en el movimiento obrero y sindical”, discutido y aprobado en la 13ª Conferencia Nacional del PCV (agosto de 2014), se nos recuerda que en el inconcluso Capítulo 52, denominado «Las Clases», del tercer Tomo de El Capital, Marx identificaba en la sociedad moderna basada en el régimen capitalista de producción, tres grandes clases: “Los propietarios de simple fuerza de trabajo [los obreros asalariados], los propietarios de capital [los capitalistas] y los propietarios de tierras [los terratenientes], cuyas respectivas fuentes de ingresos son el salario, la ganancia y la renta del suelo […] es decir, de la explotación de su fuerza de trabajo, de su capital, o de su propiedad territorial”.
El mismo documento nos recuerda que a lo largo de numerosos textos de Marx y Engels encontramos suficiente material para una construcción precisa del concepto de «clase social», pero que no es sino hasta 1919 que el camarada Lenin, en su artículo Una gran iniciativa, aportará una definición más completa: “…son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en su mayor parte las leyes refrendan y formalizan), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social”.
Fuente_ Tribuna Popular/PrensaPopularSolidaria
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