Por: Alexis D.
La negativa del KKE, y del PCM, a firmar la declaración de Caracas en defensa del proceso revolucionario venezolano, y en apoyo a una Jornada Internacional de Solidaridad con Venezuela para el día 14 de julio, pone en evidencia las enormes contradicciones teóricas en que se desenvuelven estos dos partidos, como expresión práctica de una manera determinada de interpretar el marxismo-leninismo.
Esta declaración de Caracas, suscrita en el contexto de la celebración del XV Congreso del Partido Comunista de Venezuela, señala lo que hoy en día se revela como el aspecto fundamental de la lucha de clases en Venezuela. La agudización extrema de ésta, a raíz de la implantación de una táctica insurreccional de las fuerzas contrarrevolucionarias.
En función de los intereses de los grandes monopolios capitalistas -en especial los ligados a la industria de extracción-, y la conjunción con los intereses de una fracción de la burguesía venezolana, la derecha elabora un plan estratégico cuyo eje principal es crear las condiciones sociales para propiciar una insurrección armada, que aliente y justifique una intervención imperialista en Venezuela.
A fin de realizar dichos planes la derecha activa a los grupos fascistas, como Voluntad Popular, con la intención de crear el caos en las calles de las ciudades y barrios de Venezuela, así como disputar este espacio social vital a las fuerzas revolucionarias. El objetivo es crear una situación de absoluto caos, desorden y desesperación, que impida la normalidad en las vidas de miles de venezolanos y, así, crear la subjetividad de que el país va directo a una guerra civil si no hay, antes, una intervención internacional que impida la hecatombe social y económica.
En función de los intereses de los grandes monopolios capitalistas -en especial los ligados a la industria de extracción-, y la conjunción con los intereses de una fracción de la burguesía venezolana, la derecha elabora un plan estratégico cuyo eje principal es crear las condiciones sociales para propiciar una insurrección armada, que aliente y justifique una intervención imperialista en Venezuela.
A fin de realizar dichos planes la derecha activa a los grupos fascistas, como Voluntad Popular, con la intención de crear el caos en las calles de las ciudades y barrios de Venezuela, así como disputar este espacio social vital a las fuerzas revolucionarias. El objetivo es crear una situación de absoluto caos, desorden y desesperación, que impida la normalidad en las vidas de miles de venezolanos y, así, crear la subjetividad de que el país va directo a una guerra civil si no hay, antes, una intervención internacional que impida la hecatombe social y económica.