Por: José Luis Forneo/Un Vallekano en Rumania
"El 21 de diciembre de 1989, entre las tres de la tarde y las nueve y media de la noche estuve en la Plaza de la Universidad y no en segunda fila. A las cinco y media estuve al lado del Dalles. Junto a mí estaban varios amigos, unos de los cuales consiguieron entre tanto cédulas de disidentes. No voy a dar nombres, algunos de ellos están ahora en Occidente, y si el oficial local de la Seguridad se enterara de que antes de 1989 fueron amigos de Zbăganu, serían traídos al país.
Se dice que los acontecimientos de diciembre habrían tenido un sentido anticomunista. Es una mentira grosera. Nadie gritó en diciembre de 1989: queremos capitalismo, queremos pobreza, queremos desempleo, queremos ser despreciados. Es más, el 23 de diciembre, en la fachada de la fábrica de Mecánica Fina (en la noche del 21 al 22, la primera columna de trabajadores salió de allí) ponía: “La fábrica es nuestra”, y no “queremos que nos privaticen la fábrica”. Lo trágico es que los trabajadores, al no tener un partido que los represente, han luchado hasta ahora bajo otras banderas. Ahora este partido existe, y ellos lo van a descubrir" ( Virgil Zbaganu, "El siglo XXI será comunista o no será").
Virgil Zbaganu
En esas palabras Virgil Zbaganu, que sería asesinado por las fuerzas de seguridad rumanas poco después de iniciar su campaña para revitalizar al Partido Comunista Rumano en 1990, desvela la verdad de la contrarrevolución perpetrada por la elite del propio PCR y los servicios de inteligencia extranjeros contra el pueblo rumano.
Entonces, al contrario de lo que dice la propaganda de los triunfadores tras el golpe de estado, y como señala Virgil Zbaganu, los trabajadores que salieron a la calle a manifestarse no lo hicieron contra el gobierno comunista, sino contra las previsibles consecuencias de la reinstauración del capitalismo, que dos décadas después han provocado un verdadero desastre en Rumania.
Los trabajadores rumanos no querian que se privatizaran o cerraran sus fábricas (controladas entonces por ellos mismos a través de los sindicatos y las asambleas obreras), y salieron en manifestación para evitar que la creciente elite que se habia ido creando en los últimos años del Socialismo, tras el abandono de la lucha de clases, diera el golpe de estado que al final perpetraron para romper los limites a su enriquecimiento personal y a sus privilegios que el sistema comunista imponia.
Y aquellos trabajadores, entre los que estaba presente Zbaganu, sabian bien cual era el peligro de que se terminara el sistema que ellos mismos construyeron, a pesar de los defectos que la burocratización del partido y la cada vez mas profunda ruptura entre el pueblo y este, provocaron. De hecho, poco mas de dos décadas despues, en 2012, se han destruido mas de cuatro millones de puestos de trabajo, de los mas de 8 que existian en el momento del puch de diciembre del 89, y se han privatizado o destruido, vendidas como hierro viejo, el 90% de la industria nacional, mientras los campos, entonces labrados e industrializados a traves de las cooperativas de producción, han ido quedándose, salvo los que pasron a manos de los nuevos terratenientes, baldios.
Encuentro de Partidos Comunistas de América Latina
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*Importante y trascendental iniciativa de los comunistas peruanos*
*Artículo de El Comunista, edición de Mayo)*
*Organizado por el Partido Comunista Peruan...
Hace 6 años