Por: Jerónimo Carrera
Los lectores veteranos de esta columna periodística seguramente habrán notado que en diversas oportunidades, o sea de vez en cuando, me he referido al inexplicable caso de Ilich Ramírez, el ciudadano venezolano que está ahora en Francia como un preso político. Sí, exactamente, es un prisionero político Ilich, aunque los sucesivos gobiernos de ese democrático país se empeñen en negarlo.
También se han empeñado en catalogarlo como terrorista, al servicio de ciertos países islámicos, y si mal no recuerdo está en manos de la “justicia” francesa desde hace ya cerca de dos décadas.
Pero en cuanto a lo injusta e inexplicable que luce esa actitud de los gobernantes franceses, impulsados por quién sabe sus motivaciones, todavía me resulta más difícil de entender la actitud del gobierno de Venezuela. Y debo añadir, también de la prensa y otros “medios informativos” venezolanos, siempre propensos al escándalo y todo lo más ruidoso.
Sin embargo, en relación con esto último, quiero aquí mencionar lo que acaba de suceder aquí en Venezuela con un ciudadano francés, ya que no se ha hecho mucho ruido al respecto. En la así llamada “gran prensa”, la de Caracas, este caso pasó por debajo de la mesa… de redacción.
Pero en periódicos como “El Tiempo” de Puerto La Cruz, “Panorama” de Maracaibo, “Sol de Margarita” de la muy bella isla oriental, por ejemplos, se informó muy bien de este caso. Incluso con una muy buena foto del preso deportado. La Agencia Venezolana de Noticias (AVN) hizo circular información sobre dicho caso para muchos destinos dentro y fuera de nuestro país.
De todos modos, me complace mucho que haya sido Iris Varela, mujer revolucionaria, quien ocupa el cargo ministerial como responsable de asuntos penitenciarios, la fuente de mayor y mejor información sobre tan interesante caso.
En fin, un ciudadano francés, de nombre Frederic Laurent Bouquet, al tratar de entrar a Venezuela el 18-6-2009 con un lote de armas de todo tipo, fue detenido en el aeropuerto. Confesó ser agente francés enviado por la policía, de ese país para matar al presidente de Venezuela, según dijo la ministra Varela.
Con todo eso, dicho agente confeso de la policía francesa fue condenado a 4 años de presidio, apenas. Y despechado de regreso a su país, sin todavía haber cumplido esa pena, el 29-12-2012, según orden no sabemos de quien. Todavía en Venezuela, al parecer, rigen “órdenes superiores”, como en la época del tirano Juan Vicente Gómez…
Todo esto lo he relatado aquí para que veamos como en el caso de nuestro compatriota Ilich Ramírez, quien no había entrado a Francia para matar al presidente de ese país, ni nada levemente similar, no rigen criterios que permitan la repatriación de ese compatriota….
Y que así como la policía francesa sí pudo conseguir la devolución de su agente, pese a lo sumamente grave del caso, no se entiende que nuestra policía venezolana se quede de brazos cruzados ante este caso de Ilich, un ciudadano venezolano al cual no se le ha comprado delito alguno en aquel país.
Pero todavía sucede algo mucho peor al respecto, y es la actitud de la embajada venezolana en Francia, que no sabemos si se puede atribuir a la mala voluntad del embajador de Venezuela en ese país. O si son “órdenes de arriba”, provenientes desde Caracas, bien sea de la Cancillería misma o de algún “entrometido” que le tiene ojeriza a Ilich por alguna nimiedad.
En todo caso, ojalá Ilich pueda enterarse de que acá él tiene gran prestigio como revolucionario. Sus camaradas del PCV no lo olvidamos y continuaremos luchando por su repatriación, la cual es un derecho humano que debería ser tomado en cuenta por los gobiernos de Francia y Venezuela. Espero yo que en este año 2013, que ahora recién se inicia, sí lo tendremos finalmente de “Vuelta a la Patria”.---
Fuente: PrensaPopularSolidasria
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