- Fundamentados en nuestro carácter como partido de la clase obrera, comprometido con la lucha dirigida a la conquista del poder y hacia la construcción del socialismo, el Partido Guatemalteco del Trabajo –PGT- (como partido de los comunistas en Guatemala) hace del conocimiento público nuestro posicionamiento político ante las elecciones generales 2007 y ante las opciones políticas en contienda.
¿QUE Y PARA QUÉ SON LAS ELECCIONES?
1. Las elecciones en nuestro país –como del sistema capitalista en su conjunto- constituyen un ritual a través del cual las elites económicas, políticas y mafiosas se relevan o se mantienen en el ejercicio del gobierno. Este ritual les garantiza la capacidad de seguir explotando y oprimiendo.
2. Son el momento a través del cual buscan una legitimidad y representación que no tienen y no les corresponde, al estar integradas, perseguir u operar los intereses de la clase social dominante –la burguesía--, del capital transnacional y del imperialismo norteamericano.
3. Las elecciones constituyen un proceso en donde se reconocen formalmente derechos políticos y donde existen algunas posibilidades de participación. Sin embargo también son un proceso en donde las grandes mayorías no cuentan con las condiciones económicas, políticas, sociales y culturales para participar, precisamente por su situación de explotación, miseria y dominación. Constituyen también un intento por hacernos creer en una democracia inexistente que, además, no tendría que reducirse al voto sino, sobretodo, debiera ser la garantía de los derechos más fundamentales: trabajo, salud, educación, vivienda, vestimenta, recreación, organización y participación política plena, entre otros.
4. Las elecciones son un negocio y parte del mercado capitalista. Constituyen una actividad comercial en sí misma y poseen gran rentabilidad económica para la venta de espacios en los medios-empresas de difusión masiva, para el lavado de dinero, para garantizar negocios millonarios con el gobierno de turno, etc. Son, además, la manera para seguir utilizando al Estado como una empresa o una finca para saciar el deseo voraz de lucro del gran empresariado y de la oligarquía. Las elecciones son una mercancía ideológica que pretenden que consumamos a conveniencia del poder establecido.
5. Las elecciones son parte de la hegemonía lograda por la burguesía, en donde el pueblo y las expresiones de la izquierda se han dejado envolver y se han convertido –en esencia- en obedientes y consentidoras de la enajenación y desgracia popular. Una hegemonía que ha sido implantada a través de distintos partidos y organizaciones sociales, económicas y políticas, de diversas políticas e instituciones, de distintos aparatos ideológicos. Una hegemonía a la cual no hemos enfrentado a través de una contra-hegemonía coherente y estratégica.
6. Son un tiempo y un espacio político en donde las reglas del juego se hicieron para garantizar la protección de los intereses de clase y favorecer a los dueños del capital (burguesía, crimen organizado, casta militar y medios-empresas de difusión masiva) y sus lacayos. No son una posibilidad para que el pueblo sea el protagonista. Son una opción solamente para que se elijan los matices de la neo-dependencia, de la neo-enajenación.
7. Las elecciones son procesos que siguen realizándose a partir de métodos de control social contrainsurgente, militarización, amenazas, represión social y política y el asesinato. Los constantes asesinatos políticos, constituyen una violación de Derechos Humanos y una muestra de una Estado que no garantiza la participación política.
8. Asimismo, las elecciones se desarrollan en un marco de falta de información y desinformación predominante y el dominio de una ideología contrainsurgente y anticomunista reproducida por los aparatos de Estado (educación, ejército, policía, etc.) por instituciones ubicadas en la sociedad civil (gremiales empresariales, iglesias, empresas educativas, medios-empresas de difusión masiva) y por los partidos políticos.
9. Las elecciones, como parte de la lógica e intereses de la burguesía y el imperialismo, conllevan la existencia de partidos y liderazgos políticos que reproducen el individualismo, el caudillismo, la compra y acarreo de votos, la coacción, la amenaza, etc.
10. Todos los partidos actualmente en contienda, son diferentes en su forma (logotipos, caras, canciones, etc.), pero son iguales en esencia. Por ejemplo, sus dirigentes y candidatos tienen la característica de ser oligarcas, burgueses y nuevos burgueses venidos a esta condición a través de la expoliación y explotación de nuestro pueblo, de hacer de la violencia un negocio, del narcotráfico y las mafias, del manejo corrupto de puestos públicos y militares, de servicios prestados como operadores políticos de la burguesía terrateniente, financiera, industrial, minera, petrolera, comercial y delincuencial, o a través del oportunismo y de negocios acuñados con discursos de izquierda y “revolucionarios”.
11. Los partidos, los políticos y sus dueños –los visibles u ocultos— actúan queriendo comprar nuestras voluntades con limosnas (fertilizantes, láminas, playeras, etc.), con propaganda electoral vacía, con mentiras, con cuentos y demagogia. Pretenden convencernos con “promesas fascistas de mano dura”, con “promesas populistas de viejas esperanzas”, con “promesas de ganar con sus megaproyectos y off shores”, con “promesas unionistas de caciques criollos”, con “promesas divinas de ríos de sangre”, con “promesas de rudeza comandantil”, con “promesas de encuentros financiados por Campero”, con “promesas oenegeras financiadas por el capital y la mal llamada cooperación”, con “falsos paraísos extraterrestres cargados de fanatismo”. Sus propuestas pues, son elitistas, fascistas, populistas, demagógicas e ilusorias.
12. En general partidos y políticos que no están interesados en resolver los problemas nacionales, sino en ganar una alcaldía, una diputación, algún ministerio, algún puesto público de importancia, en la cuota electoral dolarizada y en saquear o utilizar al Estado para seguir acumulando capital. Como pueblo sabemos que los políticos y los partidos son sinónimo de corrupción, robo, delincuencia, enriquecimiento personal y mentiras.
13. Los partidos políticos y los políticos en nuestro país son entreguistas y sumisos con las empresas trasnacionales y con el imperio de Estados Unidos, lo cual se debe a que son burgueses serviles o serviles de los burgueses. Vemos como los candidatos presidenciales corren para ser ungidos por el embajador imperial en nuestro país. Corren a rogar al empresario Ángel González para que les regale tiempo en la televisión monopolizada por el principal magnate de los medios de incomunicación en Latinoamérica. Son entreguistas, además, cuando aprueban o no luchan contra un tratado como el TLC, impuesto por Estados Unidos.
14. No hay garantía de elecciones limpias. En este momento ni siquiera las mismas leyes y las instituciones electorales y políticas en general, garantizan elecciones honestas. Como nos demuestran el caso de México, los medios de difusión masiva y la técnica del “conteo rápido” han sido instrumentos para realizar fraudes electorales, los cuales son posibles en nuestro caso ante la incapacidad, sumisión o complicidad de las autoridades e instituciones del Estado. De hecho, los partidos iniciaron ilegalmente sus campañas y utilizan el dinero del pueblo o el dinero mal habido para financiar sus campañas. En su mayoría son campañas que se financian con el dinero que pagamos a través de nuestros impuestos o dinero que resulta de la explotación que padecemos en fincas, fábricas, comercios, bancos, etc.
15. Existen factores que impiden y dificultan la participación política popular y las posibilidades de un proyecto revolucionario. Por un lado, una alternativa política revolucionaria, carecería en la actualidad de los recursos económicos mínimos para competir. Se enfrentaría a fuerzas económicas y políticas que, además de contar con fondos millonarios, utilizan los recursos del Estado y tienen la capacidad de pagar o de ser beneficiados con espacios en el monopolio de los medios-empresas de difusión masiva que están, en tanto propiedad privada, en manos de burgueses transnacionales y locales. De tal manera que una alternativa revolucionaria, comprometida con los intereses del pueblo en situación de miseria y explotación, discriminación, racismo, machismo y analfabetismo, tendría que desarrollar su estrategia basada en otro tipo de recursos y capacidades de las cuales hoy carecemos.
16. En conclusión, las elecciones son propias del régimen burgués e imperialista, en donde tienen las condiciones para competir sólo los partidos y políticos ligados a los intereses de la burguesía, la pequeña burguesía arrivista y el imperialismo. Las elecciones, entonces, no pueden ser consideradas parte de una democracia que, por demás, no existe.
¿QUE SE NECESITARIA PARA PARTICIPAR EN ESTAS ELECCIONES?
No obstante las condicionantes y desventajas antes mencionadas, es posible una participación dentro de elecciones burguesas. Sin embargo, para participar se necesitaría un conjunto de cualidades y capacidades que deben ser construidas seria, comprometida, ideológica y estratégicamente.
Sería necesario contar con un programa de lucha transformadora que, después, se plasme en un programa de gobierno. Un programa de gobierno de lucha contra la explotación, por la justicia social, la democracia radical, la independencia nacional, la reforma agraria, el salario digno, la educación gratuita, entre otros elementos esenciales. Un programa que se encamine al logro del proyecto socialista y la liberación.
Sería necesario contar con una fuerza política con capacidad organizativa, con independencia ideológica y económica, con un trabajo previo que represente avances en la construcción de una hegemonía ideológica y política tal que permita competir con la posibilidad de disputar el poder y no solamente jugar el juego del electoralismo y del parlamentarismo que lo único que logra es legitimar el relevo de las elites de poder. Una fuerza política que no justifique el desplazamiento de principios y la estrategia revolucionarios en pos de competir electoralmente.
El aventurerismo electoral, de hecho, ha tenido un impacto negativo: ha derechizado a la izquierda al imponer lo electoral como la estrategia política o –lo que es peor—como la estrategia revolucionaria; ha abierto espacios y momentos para profundizar las divisiones, para que se enraíce una cultura política conservadora y alienante, individualista, oportunista, competivista, electoralista.
En el marco de lo electoral, en la izquierda predominan opiniones que plantean, por ejemplo, que si no se participa –observación emitida por demás desde la prisa y la lógica electoralista—se beneficia a la oligarquía y los grupos neo-fascistas. Se afirma que al participar existen las posibilidades de avanzar posiciones democráticas y revolucionarias. A quienes opinan en este y otros sentidos y condiciones parecidas les preguntamos: ¿Por qué considerar estas posibilidades en el marco de lo electoral?, ¿No es coherente asumirlas en el marco de una estrategia política alejada de lo electoral en este momento? ¿Por qué pretender arrastrarnos a lo electoral y hacernos perder un tiempo valioso para lograr con coherencia la unidad de la izquierda revolucionaria? ¿Acaso el movimiento de izquierda no es cooptado por lo electoral siendo las características y condiciones de este tipo de procesos y las condiciones en las cuales lo enfrentamos? ¿Acaso no se beneficia a la oligarquía y los grupos neofascistas al no tener más posibilidad que la de legitimar el relevo en la administración gubernamental? ¿Acaso los partidos y los políticos con posiciones marginales y cooptadas no han sido funcionales a las políticas neoliberales y antipopulares, a la privatización de servicios públicos, a la agudización de la pobreza y la violencia extrema? ¿Cuál es la variación fundamental en la participación electoral de la izquierda en este momento, cuando ésta se posiciona como la “opción verdadera”, “la alternativa” basada en un programa, estrategia, alianzas y prácticas ambiguas?
El Estado ha constituido y sigue constituyendo el instrumento para mantener el régimen político que beneficia a las clases dominantes y al imperialismo y en algunos momentos a las castas pequeño burguesas. Alcanzar puestos en el Congreso de la Republica o, inclusive, llegar a gobernar en las condiciones antes señaladas no sólo no garantizan la posesión del poder sino podría significar llegar a ejercer funciones públicas que administren –con un rostro social y de izquierda— los intereses del capital.
¿QUE SIGNIFICA PARTICIPAR EN ESTAS ELECCIONES?
Desde nuestra posición como partido comunista, aceptar como estrategia la electoral en estas condiciones y limitaciones, significa un acto de sumisión y legitimación del sistema, de los partidos, de los políticos y sus dueños, así como de la crisis estructural de explotación, opresión, miseria y muerte que golpea a nuestro pueblo.
Participar en este momento y en estas condiciones significa continuar legitimando a un Estado construido para garantizar el salvajismo empresarial --como los robos de los bancos, de las maquilas, de las fincas y de los supermercados--, la dependencia y sumisión hacia los organismos financieros internacionales y hacia el imperio norteamericano. Es legitimar a un Estado burgués, racista, excluyente, represor. Todo esto bajo el argumento que es necesario competir, “incidir”, ocupar espacios, lograr una voz de “oposición” en el Congreso, etc.
Participar en estas condiciones es legitimar un sistema de partidos caduco, con partidos y políticos corruptos, incapaces, vende patrias, serviles y caudillistas.
Es legitimar un sistema burgués que sigue negando garantías de participación a los pueblos indígenas y, muchos más, su participación a partir de sus propias formas de organización, representación, autoridad, cosmovisión y formas de ser, así como a partir de su propio sistema jurídico, de salud, educación; asimismo a decidir sobre sus prioridades en materia de desarrollo y a participar plenamente en la conducción de un nuevo Estado: democrático y popular. Es un sistema que niega los procedimientos y decisiones colectivas, democráticas y legítimas que dichos pueblos están tomando, por ejemplo, con relación a la exploración y explotación minera. Es aceptar, entonces, un sistema que no concibe y por consiguiente no incorpora la diversidad de la nación guatemalteca. Es legitimar un sistema que sigue reproduciendo un sistema patriarcal y machista que afecta a nuestras madres, hermanas, compañeras de vida e hijas. Por el contrario, a los pueblos indígenas, a las mujeres, como a los obreros, jóvenes, campesinos, discapacitados, se les utiliza como enganches electorales para agenciarse de un mayor número de votos y repartirse una parte o las migajas del pastel.
La lógica electoralista, además, ha provocado que supuestos líderes populares sean cooptados por el sistema, se conviertan en serviles de elites de poder económico y político y se corrompan.
SOBRE LA NECESIDAD DE UN FRENTE POLITICO
La convergencia en un frente político progresista amplio es un objetivo importante y hasta estratégico. La estrategia revolucionaria pasa por construir un frente político democrático, popular, amplio, pero revolucionario, para que realmente pueda pensarse como alternativa de izquierda.
Saludamos el esfuerzo del Movimiento Amplio de Izquierda –MAIZ-, aunque no compartimos su constitución en torno a lo electoral, aspecto que quiérase o no, predomina en su etapa actual. Los comunistas orgánicos veremos como una posibilidad de apostar a su construcción una vez concluya el proceso electoral y existan las condiciones para su continuidad sobre la base de un programa y una estrategia de lucha coherente con la necesidad de edificar una fuerza política revolucionaria. La suma, sea esta como articulación, alianza o unidad de las fuerzas de izquierda, no puede hacerse bajo llamamientos ambiguos y funcionales al sistema, con ambigüedad ideológica, muchos menos para involucrarse en un aventurerismo electoral dominado por justificaciones que dicen combinar lo social y lo político mientras en el proceso de articulación interno y frente al contexto político se impone como condición y como alternativa lo electoral.
Estamos de acuerdo, eso sí, con la construcción de un frente de izquierda, con una plataforma no electoralista. Plantearle a un frente de izquierda lo electoral en estas condiciones y circunstancias, en las cuales se carece de un cimiento político, ideológico, organizativo y económico sólido, es arriesgar nuestro futuro.
Hoy, los caminos del Movimiento Amplio de Izquierda –MAIZ- y el del Partido Guatemalteco del Trabajo –PGT- son distintos en lo electoral, pero posiblemente coincidentes en la lucha popular. Nuestros destinos de mediano plazo pueden coincidir y articularse si nuestro programa y estrategia coinciden. Si ello sucede, nuestro destino, desde el mediano plazo –post electoral— podría ser el mismo.
NUESTRA POSICION ANTE LAS ELECCIONES
- La electoral es una forma de lucha, que en estas condiciones y en este momento de desarrollo de las fuerzas de izquierda y revolucionarias, no es y no puede convertirse en la estrategia política.
- Estamos ante opciones de relevo gubernamental, en donde las fuerzas políticas que tienen la posibilidad de acceder al poder del gobierno son esencialmente de derecha, las elites corporativas, mafiosas, militaroides y serviles al imperio yanqui.
- Participar en las elecciones incorporándonos, apoyando o llamando a votar por alguna opción política de izquierda, como hemos afirmado, en este momento significa legitimar un régimen y un sistema de partidos políticos corrupto; implica movilizarnos en torno a un proceso y un esfuerzo en buena medida desmovilizador y mediatizador de otras luchas necesarias y prioritarias. Por ejemplo, incorporarnos a un frente político de izquierda predominantemente electoral, cuyas búsqueda impuesta por buena parte de sus dirigentes es exclusivamente electoralista, con signos de oportunismo, es hacer un esfuerzo que atenta contra la economía y el desarrollo de una estrategia de lucha, aun más si hablamos de una estrategia revolucionaria.
- El voto útil para la izquierda en este momento constituiría un voto para el oportunismo electoral, para liderazgos oenegizados. En procesos electorales anteriores, con la participación y voto del pueblo se ha llevado demasiado lejos a diputadas y diputados, a políticos, que finalmente han sido cooptados por el juego de este Estado burgués, por los partidos de derecha, por los financistas burgueses o por los financiamientos internacionales (inclusive de la AID imperialista), que los condicionan en sus posiciones y vínculos políticos. Políticos que hoy son muestra de la venta de principios al mejor postor (militares, genocidas, oligarcas, rectores e instancias de financiamiento).
- Nuestro deber histórico no lo concebimos sin partir de nuestro carácter y posición de clase. No existe en este momento una alternativa para la clase trabajadora o que permita avanzar en función de nuestros intereses como pueblo. Por esta razón hacer un llamado a votar per se por una opción de izquierda electoral constituye un riesgo que no correremos.
- Por estas razones hemos decidido afrontar el proceso electoral participando a través de una estrategia civil y pacifica, pero también clasista, anticapitalista, antiimperialista y transformadora. Nuestra participación será activa, crítica y denunciante del sistema, de los partidos, de los políticos y fuerzas económicas y sociales, legales e ilegales, locales o transnacionales, que persiguen mantener, reproducir o refuncionalizar el sistema de explotación y opresión. Nuestro esfuerzo será orientado a construir una correlación de fuerzas favorable a las transformaciones estratégicas, con sentido estratégico.
- Le apostamos a un programa político con objetivos definidos en torno a la problemática estructural y al proceso político, con una estrategia coherente y con posiciones transformadoras. En este marco llamamos a votar, pero no un voto simple, formal y complaciente, sino con un voto inteligente, crítico y estratégico en la lucha por avanzar en un programa y una estrategia revolucionaria que pasa por rechazar este sistema político, a los partidos y políticos corruptos, burgueses y pro imperialistas, ajenos a los intereses del pueblo. Llamamos al VOTO NULO y a votar por comités cívicos que sean opciones populares, genuinas y representativas del pueblo en el ámbito local.
- Nuestro voto, entonces, debe ser un rechazo a toda la podredumbre que domina a los partidos y a los políticos. Nuestro voto debe ser un acto de resistencia ante el Estado de Derecho Oligarca, Bancario, Maquilero, Racista y Servil. Nuestro voto debe convertirse en un castigo para todas y todos los políticos y partidos. Nuestro voto debe ser NULO, el cual significará una deslegitimación para la casta de los partidos y políticos, que para lo único que sirven es para reproducir, directa o indirectamente, nuestra condición de explotados y oprimidos y para servir al funcionamiento de un sistema político burgués, oligárquico y al servicio de los intereses del capital transnacional y del imperialismo norteamericano.
- Nuestro voto debe ser un castigo popular y debe significar, además, nuestra posición por construir una organización verdaderamente revolucionaria, con un programa y una estrategia coherentes. Una organización que pasa por concebirse como partido, como organización de la clase, pueblos y sectores explotados y oprimidos.
- Como Partido Guatemalteco del Trabajo le proponemos a la gente humilde, honesta, sencilla, trabajadora, a los hombres y mujeres buenas de este pueblo, a las y los trabajadores, a las comunidades y pueblos indígenas, a los campesinos, a los jóvenes, a los niños y adultos mayores, estudiantes, maestros, empleados, amas de casa, pequeños propietarios, pequeños comerciantes, micro empresarios, jubilados, discapacitados, religiosos, científicos, artistas, intelectuales, para que de manera colectiva impulsemos el VOTO NULO y avancemos en la construcción de otra forma de hacer política, de un programa de lucha revolucionaria que pueda considerar lo electoral en el futuro pero como una forma de lucha en la búsqueda por construir un país con dignidad, libertad, igualdad, con justicia social y solidario.
VOTO NULO
PARTIDO GUATEMALTECO DEL TRABAJO
Por Guatemala, la Revolución y el Socialismo
Guatemala, enero de 2007.
Dada su importancia y las lecciones que contiene publicamos este Documento, anterior a esta fecha, del Partido Guatemalteco del Trabajo_PGT (Comunistas) de Guatemala.
Fuente:Solidnet/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com