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El partido revolucionario debe asumir el papel de propagandista, agitador y organizador de la lucha proletaria, así como el de educador, exponiendo a todos los trabajadores y demás capas populares los objetivos generales del programa socialista |
Este 21 de enero de 2014 se cumplieron 90 años de la muerte de Vladimir Ilich Ulianov, llamado Lenin; sin duda la mayor figura histórica del siglo XX por haber sido el líder principal de la Revolución Socialista de 1917 en Rusia, el mayor acontecimiento del siglo pasado.
La Revolución Bolchevique sacudió las estructuras de la sociedad capitalista al inaugurar la primera gran experiencia socialista de la historia y rondar las mentes burguesas como un fantasma, recordándoles siempre que la victoria de los trabajadores contra el Estado capitalista se había transformado en una realidad en un país y en una posibilidad amenazadora en el resto del mundo.
Este era el ejemplo que faltaba a los trabajadores de todos los países para animar las luchas contra la explotación capitalista en favor de la alternativa socialista. Ciertamente en el proceso de construcción del Estado soviético fueron experimentadas incontables dificultades, muchos errores fueron cometidos y, debido a la conjunción de varios factores, esta experiencia acabó derrotada al final del siglo XX, queda para la historia la herencia de los muchos aciertos en la tentativa de edificación de un poder genuinamente obrero y, encima de todo, queda la herencia del pensamiento y las acciones de Lenin cuya obra teórica y política tiene mucho que decirnos en los días actuales.
Uno de los grandes legados de Lenin fue su férrea batalla contra el reformismo, el economicismo y el oportunismo de derecha y de izquierda en el movimiento obrero.