Estamos lejos del momento en que esta materia entre en la agenda de algún organismo integrador latinoamericano
No sé si ustedes recuerdan que el presidente ecuatoriano Rafael 
Correa, en su brillante intervención durante la VII Cumbre de las 
Américas en Panamá, se refirió a los medios de comunicación y habló de 
lo que él llamó “la mala prensa”, que parece ser abundante en su país, y
 generalizó a toda la de los países latinoamericanos. De fascista y 
totalitario son algunos de los adjetivos que usualmente emplean contra 
él, hasta el grado de introducir dos demandas ante los tribunales, una 
de ellas contra el diario El Universo, y ambas las ganó, aunque renunció
 a recibir la alta multa impuesta a uno de los responsables.
Cuando
 se refería a “la mala prensa” no estaba aludiendo a los medios 
críticos, sino a aquella que no valora ningún hecho positivo de los 
gobiernos, habitualmente los silencian, y todo lo contrario, los atacan 
con la mayor cantidad de calificativos, e incluso llegan al borde de la 
difamación e injuria.
Por supuesto, en ese 
mismo sentido debe destacarse que también hay “buena prensa”, que solo 
valora las noticias favorables a los gobiernos, y con frecuencia no 
publican aquellas negativas ni críticas y denuncias. En todo caso, 
también son negadoras del periodismo.
El 
presidente ecuatoriano ha sido consecuente en su denuncia y lo ha hecho 
en varias ocasiones con discursos de mayor profundidad, en reuniones de 
Unasur y de Celac, donde ha sugerido la apertura de un debate sobre tan 
peliagudo asunto. No ha sido posible, pese a que en países como 
Argentina, Brasil, Bolivia y Venezuela también existen medios con 
similares características. Se supone que como esa prensa tiene firmes 
defensores en otros jefes de estado, donde no existe esa polarización, y
 las relaciones del poder mediático con el poder gubernamental son más o
 menos armoniosas, y en todo caso, cualquier intento de criticarlos 
genera una campaña en “defensa de la agredida libertad de expresión” con
 participación de la SIP y otros organismos nacionales y extranjeros. 
Sospecho que aún estamos lejos del momento en que esta tan importante 
materia entre en una agenda de alguno de los organismos integradores 
latinoamericanos*.
Y a propósito de este 
asunto, es oportuno referirme a la generalización de los medios 
privados, cuando altos y medianos funcionarios del gobierno se refieren a
 políticas editoriales que invisibilizan obras gubernamentales de 
destacada importancia y trascendencia social. Si ustedes siguen con 
frecuencia los decires de algunos de estos funcionarios las encontrarán a
 menudo. Cuando quieren criticar o denunciar a algunos, hablan de “los 
medios privados”, sin ninguna distinción. En Últimas Noticias hacemos un
 esfuerzo diario para que nada importante o trascendente que ocurra en 
el país, incluidas obras de gobierno, aparezca en nuestras páginas, pero
 igualmente, las críticas y denuncias de vecinos, de partidos y 
dirigentes de la oposición y de otros orígenes.
Me
 temo que ni en el INE ni en el Minci tienen estadísticas actualizadas 
de los medios audiovisuales que pueden clasificarse opositores, en su 
diversidad gradual. Las últimas cifras conocidas (2010) revelaban 466 
emisoras FM privadas, 82 del estado y 243 comunitarias; en Radio AM: 172
 privadas y 25 estatales, y en la TV abierta 61 privadas, 13 del estado y
 37 comunitarias. Sería un error ubicar a todas las privadas como de 
políticas informativas opositoras. En cuanto a los medios impresos, las 
dificultades son mayores, estimar en 100 los diarios parece una cifra 
razonable, la mayoría con políticas editoriales opositoras, otros de 
obvias tendencias oficialistas, y los menos, con posiciones 
equilibradas. 
Con ese amplio espectro, es 
injusto hablar de “los medios privados” para referirse a aquellos que 
sistemáticamente niegan los hechos positivos del gobierno, pero les 
parece más fácil hablar de “los medios privados”, como una totalización 
uniforme. 
* El libro “Desinformación, como los
 medios ocultan el mundo” de Pascual Serrano, profundiza en este 
problema, con abundancia de datos, y el viernes transmitió Telesur el 
trabajo especial “Venezuela y Rusia en la mira”.
* ¿Somos
 un país independiente? A la última a quien le escuché responder 
negativamente fue a Jacqueline Faria, cuando anunció asumir su 
candidatura y dejaba el ministerio, ¿de dónde sacaría esa opinión?; 
Vladimir Acosta  fundamenta en “Independencia y emancipación”: “...la 
independencia se logró, aun si fue costosa y de pobres resultados”, y 
Hugo Chávez no tuvo dudas en el Plan de la Patria: “Defender, expandir y
 consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 
años: la Independencia Nacional”. 
* Increíbles 
estas cifras: en Venezuela se consumen 729 millones de medicamentos al 
año, a unos 24.3 por persona, incluidos los bebes de días, mucho más de 
lo que se consume en Brasil o en Argentina. Lo que no está claro es 
cuántos de esos 729 millones se los llevan a Colombia.
 *Para
 celebrar los 70 años de la firma de la paz de la II Guerra Mundial, en 
Berlín el 8-9 de mayo, salió de Moscú un grupo de motorizados, pero el 
neonazismo en Polonia no los dejaran entrar y algo parecido se anunció 
en Alemania. Vea el reportaje sobre el resurgimiento del fascismo 
(páginas 34-36).
* En febrero fue denunciada la 
intentona golpista donde aparecían siete oficiales de la Fuerza Aérea 
involucrados, pero casi tres meses después, no se ha informado nada 
sobre el juicio que se supone le siguen los tribunales militares.
*Una
 pregunta a mi amigo el Defensor del Pueblo, Tarek Williams Saab, en 
cuyo despacho elaboran una ley prohibiendo las corridas de toros: ¿Por 
qué Picasso pintó la cabeza de un toro en su famoso Guernica? (No me 
diga que es símbolo de la ganadería en España, que apenas es un poco mas
 de 6 millones de cabezas)
*Recordando historia 
reciente, sorprenderá a muchos saber del poder que tenía el sindicalismo
 en AD: lograron imponer a Raul Leoni, como candidato presidencial, y 
llegaron a tener la más numerosa fracción parlamentaria, (después de la 
de AD). Y es oportuno preguntar, ¿Cuántos sindicalistas estarán en la 
listas del PSUV-GPP a las parlamentarias? ¿Y cuántos en las de la 
oposición?
*Cuando estaba en lo más bajo de su 
popularidad en las encuestas, la presidenta Bachelet lanzó una consigna 
deseada por millones: el proceso constituyente para cambiar la 
Constitución de Pinochet, que terminará con la convocatoria a una 
Asamblea Nacional.  Ojalá recorra ese camino hasta el final.
*Oportuna
 la advertencia de Lula: “La élite de Brasil (la poderosa burguesía) 
tiene miedo a mi posible candidatura como Presidente”.   
*Nunca
 la desproporción entre la marcha de la Central Socialista y la de la 
oposición había dejado amplia brecha como el viernes. No sé si 
estuvieron presentes las dos concepciones de sindicato que emergieron en
 el foro de Últimas Noticias del jueves 30; la que limita sus funciones a
 la exclusiva defensa de los derechos de los trabajadores, la sostenía 
 Rómulo Betancourt en los años 40, cuando la mayoría sindical la 
controlaban los comunistas.
Fuente: Ultimas Noticias/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular.comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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