El neoliberalismo salvaje se derrumba, somos la alternativa. Un nuevo Perú es posiblePor: Roberto de la Cruz, Secretario General del PCP El neoliberalismo salvaje, impuesto en nuestra patria mediante el modelo primario exportador implantado de manera coercitiva desde los años 80, ha desembocado en un estruendoso fracaso.
La economía mundial de los países capitalistas está en debacle. Lo que ha fracasado a nivel mundial es la tesis de que “las fuerzas ciegas del mercado lo resuelve todo, sin intervención del Estado”.
Otra vez, tal como lo expusiera Marx, luego de un ciclo de crecimiento económico entramos en una crisis, esta vez producto de los experimentos fallidos del capitalismo para recuperar cada vez más creciente rentabilidad.
Para recobrar sus márgenes de ganancia a costa de los trabajadores, el neoliberalismo, abandonó la noción de pleno empleo, de allí que no ha sido capaz (ni se ha preocupado) de mantener el empleo en crecimiento sostenido. Los ciclos en que el PBI creció han sido cortos y en cada caída la pobreza se hizo más dramática.
En el Perú, se abrió el mercado y se destruyó a miles de pequeñas empresas y agricultores, estos últimos fueron abandonados en favor de la agro- exportación, que solo ocupa 5%. De la tierra cultivable. Ello sin contar los daños al equilibrio ecológico, por ejemplo, en la costa donde el agua se agota producto del desmedido uso.
En el Perú los responsables de esta situación es la alianza del APRA con la derecha (Alan – Keiko – Lourdes Flores – Toledo - Castañeda) por mantener el continuismo neoliberal, defender irresponsablemente a los expansionistas y guerreristas empresarios chilenos, ser complacientes con la corrupción y propiciar la impunidad de los que medran con el erario nacional; todo esto bajo la conducción del nuevo jefe de la derecha, Alan García, quien no ha dudado en usar el poder del estado para intentar destruir a las organizaciones sindicales y sociales a través de una sostenida campaña macartista con el entusiasta apoyo de los principales medios de comunicación, convertidos en instrumento de poder de los ricos.
Para ello no basta con los que luchamos por el cambio. Por eso, las organizaciones sindicales, políticas y populares que combaten a diario y particularmente en la jornada del 26 de Noviembre la CGTP, la CPS y FNVS, se están convirtiendo en instrumentos de acumulación y articulación de las luchas.
Ellos son el pilar sobre el que se puede articular una sola plataforma para enfrentar y derrotar a la derecha. Con ellos, hay que construir un gran frente que incorpore a los intelectuales, a los micros y pequeños empresarios , a los empresarios patrióticos, a las comunidades indígenas y nativas, a los jóvenes y mujeres con un solo liderazgo y una sola bandera.
Proponemos crear un nuevo orden social que acabe con la explotación y la injusticia. Tenemos que lograr una nueva sociedad en donde todos tengan las mismas oportunidades y posibilidades para satisfacer sus necesidades materiales y espirituales. Ese es el imperativo de las luchas de nuestro pueblo.
El 64% de los peruanos rechaza la política económica que viene implementando Alan García. El pueblo ha identificado a quienes viven de la política y usan los resortes del poder para hacerse ricos, mientras, miles de despedidos por la dictadura siguen luchando por la reposición. La derecha tiene miedo a la verdad, tiene miedo al debate de las ideas, tiene miedo a que construyamos la más amplia unidad de todos aquellos sectores sociales y políticos que buscan el bienestar de las grandes mayorías, solo se dedican a difamar y sembrar el miedo en base a calumnias y falsedades.
Nuestro objetivo es el socialismo, pero tenemos que dar pasos concretos construir un gobierno democrático, popular y patriótico que luche por:
a. Una gestión honesta de gobierno En nuestro concepto hay que servir a la gente y no servirse de ellas, hay que acabar radicalmente con la cultura del aprovechamiento político para efectuar negocios bajo la mesa. Investigar a profundidad y castigar severamente a todos los políticos corruptos, debemos fortalecer los mecanismos de control social. Un gobierno, honesto y transparente, es la condición básica para poder llevar adelante las transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales que nos permitan construir una nueva sociedad.
b. Una nueva constitución La Constitución de 1993 impuesta por la dictadura del binomio Fujimori – Montesinos resume el pensamiento dogmático y autoritario del liberalismo económico. Su objetivo principal es subordinar la estructura estatal a la aplicación de las políticas económicas de corte neoliberal que se sustenta en la trilogía: Mercado – Propiedad Privada – Inversión Extranjera, como dogma inamovible en el plano económico.
Tenemos un modelo de estado en donde los poderes fácticos aplican con absoluta impunidad el uso de la violencia organizada de los aparatos represivos para acabar con la oposición.
La Constitución de 1993 ha perdido legitimidad. El país exige un nuevo “contrato social” sobre la base de la nueva realidad y la nueva correlación de fuerzas que se viene configurando.
Hay que refundar la república y avanzar, de manera seria y coherente, en la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la cual refleje el nuevo consenso social existente y que redacte una nueva carta magna.
c. Una nueva política económica Una economía en la que el estado planifique desarrollo y redistribuya la riqueza, en donde el mercado no sea el único que asimile recursos, donde no se permita el monopolio y aseguremos para la nación sectores estratégicos de la producción para acumular capital y crear puestos de trabajos. Una reforma tributaria en la que pague más el que más tiene para mejorar la educación, salud, vivienda y seguridad. Una economía que respete el medio ambiente.
d. Descentralización Democrática
Hay que redistribuir el poder, considerando la nueva institucionalidad estatal surgida del proceso de descentralización. Para lograr este objetivo hay que acabar con el criterio autárquico que ha llevado a ver la descentralización como una suerte de feudalización del poder regional. Dentro de un estado unitario, la descentralización tiene que cumplir un rol complementario a las tareas nacionales de lograr el desarrollo y la integración nacional, creando espacios regionales para impulsar el desarrollo sostenido de las regiones.
Hay que definir con claridad las fuentes de ingreso económico de las regiones, su articulación con los gobiernos Municipales y su rol democrático en la construcción de una nueva forma de relacionarse con la ciudadanía.
e. Integración Regional En un mundo globalizado, la economía nacional tiene que articularse con el mercado mundial. Sin embargo el neoliberalismo, nos ha subordinado a un rol subsidiario y dependiente de la economía norteamericana. Con la firma del TLC han colocado al país en una situación de extrema debilidad frente a los procesos de integración regional que se vienen impulsando en la región y que a mediano plazo, van a significar la dinamización de las economías regionales que se han articulado en un espacio definido. La integración regional otorgara mejores posibilidades de negociar en bloque con las economías mundiales.
Hay que acabar con el aislamiento regional volver la mirada a nuestros países vecinos y desarrollar políticas comunes que nos permitan construir un espacio común que contribuya a la lucha contra la pobreza y el sub desarrollo.
Debemos sumarnos al torrente de las fuerzas democráticas, patrióticas y antiimperialistas de América Latina que construyen nuevas formas de sociedad en donde el pueblo es el beneficiario.
La historia nos plantea una nueva tarea, unámonos todos los que estamos por cambiar las viejas estructuras económicas y políticas para construir una nueva sociedad al servicio de las grandes mayorías. Atrevámonos a liberar nuestros sueños y esperanzas y trabajemos con responsabilidad por el futuro de nuestros hijos.
Fuente:Unidad, Portavoz del PCP, Nº 6, Dic. 2009. / El Merluza_Chile/Edición de PrensaPopularSolidaria
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