Me ha parecido muy interesante traducir el siguiente artículo de Radu Florin, un joven comunista rumano, profesor de historia, y activo militante de los pocos grupos comunistas que sobreviven en Rumanía, en el cual repasa los que, según su punto de vista, son algunos de los principales logros y defectos del presidente de la Republica Socialista de Rumania y lider del Partido Comunista Rumano desde mediados de los sesenta hasta su asesinato por los ejecutores del golpe de estado de diciembre de 1989.
El artículo, dejando de lado una crítica más profunda de sus aciertos, olvidos o afirmaciones más o menos cuestionables, es de gran interés por varios motivos, entre los que destacan que se trata de la opinión de un joven rumano que estudia el pasado socialista de forma crítica, pero sin olvidar los incontestables logros alcanzados por la clase obrera rumana durante los más de cuatro decadas de Socialismo (en un contexto en el que la propaganda oficial somete a la población a un bombardeo masivo precisamente intentando cambiar la historia).
En general coincido con él en su análisis, aunque creo que entre los errores olvida uno garrafal, que sin embargo es consecuencia de algunos de los que Radu Florin cita: su acercamiento a las potencias capitaistas occidentales y la aceptación de prestamos multimillonarios del FMI que, a la postre, fueron una de las causas que precipitarian al final su caida, aunque años después se diera cuenta de su grave equivocacion y se intentará devolver la deuda lo antes posible (cosa que se consiguio totalmente en marzo de 1989, aunque el esfuerzo habia provocado un enorme sacrificio a la clase trabajadora, aunque no tanto a la elite precapitalista formada durante la R.S.R.).
Igualmente, pienso que exagera, no en la idea general, sino en su polarización, en su descripción de la URSS en la epoca de Brevnev y posterior, aunque si que acierta al señalar que tras la muerte de Stalin Hruciov y sus sucesores fueron alejándose progresivamente del Socialismo para ir empujando a los trabajadores sovieticos hacia el abismo capitalista (cosa que se perpetraria, de mano del gran traidor Gorbachov y su camarilla, a principios de los noventa). Pero aun así, y aunque la denuncia sea correcta, aunque insito que algo simplista, parece restar importancia a que, a pesar de todo, durante todo el periodo que duró la Union Sovietica los derechos y el bienestar (completo, no solo economico) de la clase obrera y del campesinado fueron, en comparación con el desastre que en general vive la clase obrera mundial (incluyendo a la que vive en paises "desarrollados") significarán, como dijo el arquitecto brasileño Niemeyer, "setenta años de gloria para la humanidad".
También me parece destacable el pequeño análisis que hace del posicionamiento de Nicolae Ceausescu en la disputa entre Brejnev y Mao, que fueron en realidad profundas divergencias ideologicas, pues mientras las propuestas del primero suponian el abandono progresivo del socialismo, las de Mao se orientaban hacia su profundización
El artículo original se puede consultar en su blog Pentru Comunism (Por el Comunismo). A continuación, os dejo la traducción:
El papel de Ceausescu en el movimiento comunista de Rumanía y mundial (por Radu Florin)
Nicolae Ceausescu (26 de enero de 1918-25 de diciembre de 1989) dirigió el Partido Comunista Rumano desde 1965 hasta 1989, siendo durante todo este tiempo el conductor incontestable tanto del partido como del país. Sin duda que para nuestro movimiento comunista es necesario tener una opinión clara sobre esta personalidad que, por sus realizaciones, es absolutamente imposible de ignorar. Es necesario un posicionamiento claro acerca de Nicolae Ceausescu, tanto para subrayar lo que hizo bien como para evitar en el futuro los errores, algunos enormes, cometidos en los años que dirigió el PCR y Rumania.
¿Cuáles son los méritos y los defectos de Nicolae Ceausescu? ¿Cuáles son sus logros positivos y cuáles los negativos? ¿En qué es bueno seguir sus pasos y en qué es mejor no hacerlo?
Empecemos con los errores. Los méritos al final y los errores al principio, porque, personalmente, estoy convencido de que los primeros superan con creces los errores, por lo que dejaremos que aquellos tengan la última palabra.
1-En cuanto a la política interna, aumentó de forma imperdonable las filas del PCR, lo que minó al final su carácter de partido marxista-leninista de vanguardia del proletariado.
¿Por qué digo que se equivocó?
Es absolutamente evidente que el aumento del número de militantes de un partido comunista es totalmente necesario para realizar el acercamiento escalonado de la vanguardia a la gran masa de los proletarios sin partido. El comunismo no puede ser concebido en base a una elite restringida que conduzca las masas, incluso siendo en su nombre. El leninismo enseña que al alcanzar el comunismo pleno el propio partido de vanguardia va a desaparecer. El partido de vanguardia es necesario solo en aquella época de transición que llamamos socialismo. Se entiende que a medida que avance el socialismo y nos acerquemos al comunismo los dirigentes deben ir fundiéndose con las masas y el partido comunista debe hacer lo propio con las masas sin partido, y que el partido comunista debe crecer y crecer hasta el momento en el que efectivamente se va a identificar con la sociedad, e identificándose acabará desapareciendo. Así pensaba Ceausescu, y sin duda que pensaba correctamente.
El artículo, dejando de lado una crítica más profunda de sus aciertos, olvidos o afirmaciones más o menos cuestionables, es de gran interés por varios motivos, entre los que destacan que se trata de la opinión de un joven rumano que estudia el pasado socialista de forma crítica, pero sin olvidar los incontestables logros alcanzados por la clase obrera rumana durante los más de cuatro decadas de Socialismo (en un contexto en el que la propaganda oficial somete a la población a un bombardeo masivo precisamente intentando cambiar la historia).
En general coincido con él en su análisis, aunque creo que entre los errores olvida uno garrafal, que sin embargo es consecuencia de algunos de los que Radu Florin cita: su acercamiento a las potencias capitaistas occidentales y la aceptación de prestamos multimillonarios del FMI que, a la postre, fueron una de las causas que precipitarian al final su caida, aunque años después se diera cuenta de su grave equivocacion y se intentará devolver la deuda lo antes posible (cosa que se consiguio totalmente en marzo de 1989, aunque el esfuerzo habia provocado un enorme sacrificio a la clase trabajadora, aunque no tanto a la elite precapitalista formada durante la R.S.R.).
Igualmente, pienso que exagera, no en la idea general, sino en su polarización, en su descripción de la URSS en la epoca de Brevnev y posterior, aunque si que acierta al señalar que tras la muerte de Stalin Hruciov y sus sucesores fueron alejándose progresivamente del Socialismo para ir empujando a los trabajadores sovieticos hacia el abismo capitalista (cosa que se perpetraria, de mano del gran traidor Gorbachov y su camarilla, a principios de los noventa). Pero aun así, y aunque la denuncia sea correcta, aunque insito que algo simplista, parece restar importancia a que, a pesar de todo, durante todo el periodo que duró la Union Sovietica los derechos y el bienestar (completo, no solo economico) de la clase obrera y del campesinado fueron, en comparación con el desastre que en general vive la clase obrera mundial (incluyendo a la que vive en paises "desarrollados") significarán, como dijo el arquitecto brasileño Niemeyer, "setenta años de gloria para la humanidad".
También me parece destacable el pequeño análisis que hace del posicionamiento de Nicolae Ceausescu en la disputa entre Brejnev y Mao, que fueron en realidad profundas divergencias ideologicas, pues mientras las propuestas del primero suponian el abandono progresivo del socialismo, las de Mao se orientaban hacia su profundización
El artículo original se puede consultar en su blog Pentru Comunism (Por el Comunismo). A continuación, os dejo la traducción:
El papel de Ceausescu en el movimiento comunista de Rumanía y mundial (por Radu Florin)
Nicolae Ceausescu (26 de enero de 1918-25 de diciembre de 1989) dirigió el Partido Comunista Rumano desde 1965 hasta 1989, siendo durante todo este tiempo el conductor incontestable tanto del partido como del país. Sin duda que para nuestro movimiento comunista es necesario tener una opinión clara sobre esta personalidad que, por sus realizaciones, es absolutamente imposible de ignorar. Es necesario un posicionamiento claro acerca de Nicolae Ceausescu, tanto para subrayar lo que hizo bien como para evitar en el futuro los errores, algunos enormes, cometidos en los años que dirigió el PCR y Rumania.
¿Cuáles son los méritos y los defectos de Nicolae Ceausescu? ¿Cuáles son sus logros positivos y cuáles los negativos? ¿En qué es bueno seguir sus pasos y en qué es mejor no hacerlo?
Empecemos con los errores. Los méritos al final y los errores al principio, porque, personalmente, estoy convencido de que los primeros superan con creces los errores, por lo que dejaremos que aquellos tengan la última palabra.
1-En cuanto a la política interna, aumentó de forma imperdonable las filas del PCR, lo que minó al final su carácter de partido marxista-leninista de vanguardia del proletariado.
¿Por qué digo que se equivocó?
Es absolutamente evidente que el aumento del número de militantes de un partido comunista es totalmente necesario para realizar el acercamiento escalonado de la vanguardia a la gran masa de los proletarios sin partido. El comunismo no puede ser concebido en base a una elite restringida que conduzca las masas, incluso siendo en su nombre. El leninismo enseña que al alcanzar el comunismo pleno el propio partido de vanguardia va a desaparecer. El partido de vanguardia es necesario solo en aquella época de transición que llamamos socialismo. Se entiende que a medida que avance el socialismo y nos acerquemos al comunismo los dirigentes deben ir fundiéndose con las masas y el partido comunista debe hacer lo propio con las masas sin partido, y que el partido comunista debe crecer y crecer hasta el momento en el que efectivamente se va a identificar con la sociedad, e identificándose acabará desapareciendo. Así pensaba Ceausescu, y sin duda que pensaba correctamente.