Todas esas historias tienen algo en común: están marcadas por la devastación de sus poblados y por la pérdida de algún familiar, amigo o conocido, pero también por el arraigo a su tierra, por el coraje de resistir cualquier agresión para ver algún día a Palestina reconocida como un Estado, “libre del asedio de Israel”, según sus palabras.
Sus voces pretenden dibujar el panorama de la vida en la Franja de Gaza después de la guerra. El panorama de la muerte tras 50 días de conflicto se resume en 2.152 palestinos fallecidos, entre ellos 504 niños y 260 mujeres, así como 71 israelíes muertos, 66 de ellos soldados, según cifras hasta el 24 de septiembre de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés).“A pesar de que yo podía salir porque tengo una residencia fijada en España, no lo hice. Tenía un viaje programado, pero lo cancelé y dije: ‘voy a estar con mi gente. Si sobrevivimos, sobrevivimos todos, si morimos, morimos todos’, pero yo quería estar con mi pueblo porque esta es mi patria”, dice Sofián El-Astal, profesor de la Universidad de El-Azhar, quien ayudó con la traducción a la delegación ecuatoriana que llegó a Gaza para llevar ayuda huminataria.