La mala prensa
Estamos lejos del momento en que esta materia entre en la agenda de algún organismo integrador latinoamericano
No sé si ustedes recuerdan que el presidente ecuatoriano Rafael
Correa, en su brillante intervención durante la VII Cumbre de las
Américas en Panamá, se refirió a los medios de comunicación y habló de
lo que él llamó “la mala prensa”, que parece ser abundante en su país, y
generalizó a toda la de los países latinoamericanos. De fascista y
totalitario son algunos de los adjetivos que usualmente emplean contra
él, hasta el grado de introducir dos demandas ante los tribunales, una
de ellas contra el diario El Universo, y ambas las ganó, aunque renunció
a recibir la alta multa impuesta a uno de los responsables.
Cuando
se refería a “la mala prensa” no estaba aludiendo a los medios
críticos, sino a aquella que no valora ningún hecho positivo de los
gobiernos, habitualmente los silencian, y todo lo contrario, los atacan
con la mayor cantidad de calificativos, e incluso llegan al borde de la
difamación e injuria.