Para el Partido Comunista de Venezuela, siempre, en toda su existencia, y lo sigue siendo hoy, ¡El Socialismo_Comunismo sigue siendo la esperanza de los pueblos!”
"".....El PCV, en su 9º Congreso, de junio de 1993, ratificó que “carece de sentido cambiar de nombre si estamos decididos a mantener los principios y valores que hemos mantenido con honor durante 62 años de combate político”, y surgió con fuerza y convicción la consigna que nos acompaña hasta hoy: “¡El Socialismo_Comunismo sigue siendo la esperanza de los pueblos!”
Revolucionario… eso que el Che Guevara llamó en justicia “el escalón más alto de la especie humana”, algunos pretenden hoy tener la autoridad política y moral –sólo con el dudoso mérito de escribir en un blog o en una columna de periódico– de asignarlo alegremente como si fueran caramelos.
El Partido Comunista de Venezuela (PCV) ha asumido no responder de manera directa y personal a quienes se han hecho parte de una campaña de ataques, injurias y difamación contra nuestra organización, su historia, su política y sus máximos dirigentes, para no realzar a personajes que sólo demuestran los grados de genuflexión a los que se puede llegar.
La inmensa mayoría de quienes hoy esgrimen esta supuesta incógnita sobre el actual carácter revolucionario del PCV, se encuentran motivados –como lo señalamos dos ediciones atrás en TP– porque piensan “que así aseguran sus puestos en la administración pública, el típico papel del funcionario del burocratismo estatal que siempre busca cómo agradar al ‘jefe’ atacando a cualquier voz que no refleje la fidelidad del perro faldero. Otros, representantes de corrientes socialreformistas, dentro del Partido de gobierno o con sus propias siglas que utilizan para sobrevivir mediante prebendas rastreras, queriendo mostrarse como los más ‘leales’. Otros, miembros de una burguesía surgida y enriquecida al amparo de la utilización de gobernaciones como centro de negocios y venta de contratos, que ven el peligro de que se termine de destapar su corrosivo papel a pesar de sus camisas rojas y loas estridentes.”
Es decir, si fuera mera ignorancia y analfabetismo político, quizá pudiera justificarse, pero tienen una mayor responsabilidad quienes poseen algún grado de conocimiento histórico o experiencia en lides reivindicativas.
Algunos de estos personeros han intentado –de manera nada original– utilizar la experiencia cubana para posicionar una ficticia falta de “grandeza y sabiduría” o la presencia de “cálculos egoístas” en el PCV, asumiendo como paradigma la copia mecánica de procesos distintos, en países distintos y en momentos distintos, además de obviar completamente que el proceso de unidad orgánica en Cuba se produjo posteriormente a la declaratoria de Fidel y de la Revolución como marxista-leninista y del comunismo como objetivo de sociedad.
Pero, adicionalmente, tomando las palabras del histórico dirigente cubano cuando emitió su concepto de Revolución, refiriéndose a que “es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos”… ¿quién puede sinceramente decir que el PCV no cabe en cada parte de esta definición?
Entre los diversos vacuos señalamientos, también hablan de que desde la caída de la URSS “el mundo se sumergió en escepticismo, desesperanza (…) En aquel vacío, de ideología revolucionaria aplastada, de revolucionarios desconcertados (…)”; seguramente lo dicen quienes a principios de los 90 renegaron de su pasado comunista –que sin embargo ahora muestran como currículo político–, mientras que el PCV, en su 9º Congreso, de junio de 1993, ratificó que “carece de sentido cambiar de nombre si estamos decididos a mantener los principios y valores que hemos mantenido con honor durante 62 años de combate político”, y surgió con fuerza y convicción la consigna que nos acompaña hasta hoy: “¡El Socialismo sigue siendo la esperanza de los pueblos!”
A quienes balbucean que el PCV “participa en una operación contrarrevolucionaria”, pero más importante, a quienes confían en que el PCV seguirá siendo una organización clasista revolucionaria, autónoma, crítica y propositiva, les decimos que este es y seguirá siendo el Partido de Gustavo Machado, Alberto Lovera, Livia Gouverneur, Nelson López, Argimiro Gabaldón, Jesús Faría, Pedro Ortega Díaz, Cruz Villegas, Hemmy Croes, Alonso Ojeda Olaechea, Cheché Cortés, Trino Meleán, Eduardo Gallegos Mancera, Arturo Cardozo, Silvino Varela, José Martínez Pozo, Manuel Taborda, Carmelo Mendoza, César Burguillos, Raúl Rodríguez Bauza, Federico Rondón, Malaquías García, Alberto Conzoño, Donato Carmona, hermanos Pasquier, León Ruíz, Toribio García, José Rafael Guerra, César Millán, y miles más de héroes y mártires.
Fuente: Tribuna Popular/PrensaPopularSolidaria
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